'Kung Fury': Una patada en la

Kung Fury es ese pequeño proyecto de Kickstarter, que logró colarse en Cannes este año -y que se convertirá en el primer cortometraje de culto de youtube- el cual será tomado como referencia para futuros esfuerzos cinematográficos de acción y conversaciones nihilistas de fin de semana. Es el retoño bastardo de una orgía entre Kung Pow: Enter The Fist, Black Dynamite, Beverly Hills Cop y un poco del espíritu de The Naked Gun, todo esto envuelto en un paquete ochentoso que parece extraído de algúna tienda de alquiler de videos, que quedó olvidada en alguna parte del mundo, y que todavía renta cintas de VHS y Betamax a fanáticos de Kraftwerk, Tron y David Hasselhoff.

Lo que esta gente hizo con $600.000 dólares es alucinante, divertido, original y entretenido, adjetivos que últimamente no combinan con casi ninguna de las multimillonarias producciones hollywoodenses que invaden los cines semana a semana. El equipo de ‘Kung Fury’ tuvo que sangrar bastante para lograr recolectar esta suma, ¿el resultado? 30 de los mejores minutos que existen en Internet. Mientras cintas como Hot Tub Time Machine 2 tienen un presupuesto de 14 millones de dólares, que se van directamente por el drenaje de la tina de baño con un producto que deja mucho que desear, estos cineastas han hecho algo increíble, con lo que se gasta Hollywood en sandwiches y pasapalos para el equipo de filmación de una película como Rápido y Furioso, que aunque divierte nunca ha sido el epítome de la originalidad.

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‘Kung Fury’ cuenta la historia de un maestro de las artes marciales que vive en Miami -interpretado por David Sandberg quien escribió, dirigió y protagonizó esta genialidad-, una especie de Karate Kid mujeriego y amargado -que al parecer compra su ropa en American Apparel-, encargado de eliminar cualquier tipo de amenaza que pueda poner en peligro a Gloria Estefan, Pitbull o a cualquier otro habitante de esta ciudad del estado de Florida. En esta oportunidad, nuestro héroe debe regresar a 1940 para acabar con el mismísimo Hitler, quien no solo es un nazi despreciable, sino que también es un ‘maestro’ en el arte del Kung Fu y debe ser detenido cuanto antes para que no dañe los años 80, pues descubrió un portal mágico que lo colocó justo en la época cuando Scarface y Juan Gabriel estaban de moda. Muy Back to the Future con The Terminator.

Desde sus primeros segundos el cortometraje te atrapa con sus increíbles acrobacias, unos efectos especiales y un uso de la pantalla verde que seguro puso a temblar a Robert Rodriguez –quien utiliza una técnica similar para la franquicia de Sin City-, y un montón de frases que podrían estar fácilmente impresas en millones de camisas alrededor del mundo como “It’s hacking time”. Es una carta de amor a los años 80 la cual no teme en mostrar sin pena las referencias que sirven de inspiración para esta épica historia llena de dinosaurios, hackers y el mejor Thor de la historia. Lo siento Chris Hemsworth pero los pectorales de Andreas Cahling, citando una de las líneas del guión, ‘son épicos’. Y es que cada uno de los personajes que Sandberg añade a la pieza son clásicos -Hackerman podría tener su propio show de TV por ejemplo-.

El mundo de Kung Fury es tan redondo y bien pensado que incluso David Hasselhoff, quien hizo parte del soundtrack, tiene una aparición especial como la voz del automóvil que maneja el héroe del filme, una referencia genial a Knight Rider, aquella serie de los 80 donde este actor de crespa cabellera manejaba un carro, que hablaba hasta por los codos, llamado Kitt.

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Esto es algo que debe verse para creerse. Es una pista de cosas por venir. Es un shot de whiskey sin hielo a las 7:00am. Es una inyección de adrenalina muy colorida. Es una luz en el camino para los nuevos cineastas independientes que tienen ganas de aplastar a las producciones sin alma que salen de Hollywood a diestra y siniestra. Es otra muestra que reitera lo importante que es Internet en estos tiempos. ‘Kung Fury’ bien podría convertirse en el mejor sitcom que algún canal pueda comprar…pero no deseo que esto pase por nada del mundo, porque las manos corporativas asesinarían la caótica simpleza y la genialidad del proyecto en un abrir y cerrar de ojos.

Siguiendo las palabras del sabio Kung…’Tank’ you David Sandberg.

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