Hace un año le compré dos perfumes. Uno de ellos se llama “Intense”, y es uno de los más cercanos a los que huele la intérprete de “Más Bonita”. No ha habido persona que no me diga “qué rico hueles, ¿qué es?”. El aroma es difícil de explicar: tiene algo de cedro pero no huele a madera, tiene algo de cítricos pero no es ningún “citrusy fragrance”. Lo cierto es que su fórmula, parte Eau de Toilette, parte 100 por ciento perfume -ambos en botellas distintas, se aplican en conjunto- además tienen un efecto calmante. Todos su productos son orgánicos, naturales, traídos de tierras lejanas, y sirven no sólo como una fragancia personal, sino como aromaterapia. Y si quieren clavarse más con los aromas que curan, tiene un propio difusor con aromas esenciales que tienen todo tipo de efecto. Yo siempre tengo la casa con un olor antiestrés. También vende línea de limpiadores de rostro, sueros que son una maravilla, cremas para estrías, para levantar el trasero (ahora tan de moda), todos hechos en casa con una presentación sobria y con clase.
El último disco de estudio de Ely Guerra ya tiene más de cinco años (“Hombre Invisible”), pero no desesperen, la cantautora ganadora al Latin Grammy prepara un álbum tan original que promete ser tan icónico como el mismo “Lotofire” (1999). No podemos revelar nada sobre él pero no tiene que ver con lo que ha hecho en su prolífica carrera. Y no ha parado de trabajar: cerró una etapa en su vida con un DVD que recopila en rock 20 años de música (“Ciclos”) y un doble CD con versiones de sus grandes canciones en piano y voz (“El Origen”), y en este tiempo ha creado toda la línea de Homey Company products, y desde el propio laboratorio de su casa en Coyoacán, nos platica más sobre estos.
FOTOGRAFÍAS: PAULA BALBI
Variety Latino: ¿Qué significa una fragancia para ti?
Ely Guerra: Una fragancia es algo maravilloso porque es un recuerdo. Es como un amor. Es como una infancia. Es como un dolor. Es como el mar y el bosque. Es algo increíble que toma la forma del destino, del deseo y de la fantasía. Es algo tangible como lo divino, como la paz, y como la armonía. En mi nariz hay dos fosas nasales que -aunque la gente me dice cosas que siempre han relucido sobre esa parte de mi cara-, para mí lo más importante es apreciarlas porque me han permitido conocer un mundo diferente.
V.L.: ¿De dónde surge la idea de ser perfumista? ¿Cuál perfume usabas antes de hacer el propio o no te gustaba ninguno?
E.G.: Realmente la idea me sucedió natural. En mi caso, las aromas eran importante desde chica porque tengo el sentido del gusto desarrollado. A mí nunca se me olvida el olor de ciertas comidas como el menudo, tostadas, pozoles de camarón y muchos más. Quizás las aromas no tenían que ver con fragancias o esta idea de los perfumes como una pregunta divina. Todas estas cuestiones de comer me seducían con el olfato. Honestamente cuando yo empecé crecer, descubro que siempre elegía productos que me hacían feliz. Sin darme cuenta elegía tal productos como jabones que tenían un olor cítrico o fresco. Después, cuando descubrí el mundo de perfumes, recuerdo muy bien que las aromas muy dulces no los toleraba. Me daba dolor de cabeza. Un día el perfume “Tribu” de Benetton, era el que me marcó, pero cuando se hizo difícil para buscar ya yo estaba metida en los asientes esenciales. Fui descubriendo las diferentes técnicas y diferentes notas, era como ser música.
V.L.: ¿En qué momento dices: ‘yo quiero oler especial’ y desarrollas ese aroma propio que todos sabemos que huele a Ely?
E.G.: En realidad era cuando estaba entendiendo de los perfumes. Recuerdo perfecto que esta intuición nació por el amor a los aromas y por esa pasión desmedida a lo que yo quiero. Desde muy chava siempre buscaba las cosas orgánicas y, cuando me entere que contenían los perfumes, hice uno. Yo sencillamente comencé a mezclar y lancé el perfume que he tenido por más de 20 años. Hasta hoy en día tengo amigos que me dicen, “ya llegó Ely”.
V.L.: Por cierto, ¿a qué hueles?
E.G.: Mi aroma no podía ser sencillo y tenía que ser intensó. Es un recordatorio de quien soy – Ely. Mi aroma tiene doce diferentes notas. Como todo los productos que hago son naturales, no tienen una fijación para que dure como un perfume comercial. Tiene hojas de violeta, una fruta que es fresca, cítricos, rosas de Bulgaria, diferente maderas y algunos toques tailandeses.
V.L.: ¿Dónde aprendiste a ser perfumista y cómo te expandes en el desarrollo de cosméticos (cremas, sueros, limpiadores)?
E.G.: Nunca aprendí de nadie. Lo más que leí, lo más que mi curiosidad crecía y seguía porque quería leerlo. Los olores que uso para mi perfume no se pueden buscar en México y tuve que tocar las puertas para pedirlo. Fui convenciendo gente y hoy en día tengo proveedores muy importantes que gracias a mi música me dieron un voto de confianza. Es un mundo fascinante.
V.L.: ¿Cómo es el proceso de elaboración de una fragancia? ¿Decides experimentar olores o o aceites esenciales y empiezas de alquimista?
E.G.: En mi casa tengo un botiquín lleno de olores y aceites que sobre el tiempo ha crecido. Hasta tengo un cartel que dice “No tocar” porque son mis tesoros. Es fascinante que yo no tengo una educación o profesión en este sentido porque a mí me permite seguir como una niña y jugar en mi laboratorio. El proceso de hacer una fragancia es como hacer una canción. Ocurre una idea mágica que ni puedo explicar. Estos aromas me llevan a hacer canciones y también a un estado especial que me permite experimentar y sentirme libre.
V.L.: ¿Los aromas tienen una relación con la música?
E.G.: Yo creo que sí. Entrar de un laboratorio a otro me ha permitido unir estas dos pasiones. Puedo también admitir que leer tanto sobre las aromas es inspirador. No quiero decir que en el mío tenía que ser tan particular. Quizás la inspiración pudo tratar sobre esos momentos cuando leía el día anterior sobre esos aromas que no conocía y tuve que imaginar. Sobre todo estoy segura que mis dos pasiones están ligadas.
V.L.: También te gusta la aromaterapia y tienes tu propio humidificador con aceites, ¿los aromas curan?
E.G.: No soy experta. He leído y he andado con todo tipo de gente (grande y chiquita) que me han transmitido su sabiduría pero solamente soy una simple recolectora de emociones. No se si curan los aromas pero lo que sí sé, es que provocan. Por ejemplo, si tú usas un humificador con una aroma que esté capturando aceites naturales para curar una enfermedad como el cáncer a lo mejor este aroma no te va curar, lo que pasa es que poniendo tu energía en este aroma llena el espacio para entender tu enfermedad. En fin, los aceites esenciales son poderoso y debemos ser responsables para entender la aromaterapia como una parte de una curación usándolo en nuestro cuerpo.
V.L.: ¿Cuál es tu meta al crear un perfume o un producto de Homey Workshop? Tristemente tenemos la idea de que una celebridad unida a una fragancia, salvo honrosas excepciones, son terribles. ¡Pero tú eres la única celebridad que los elabora en su propia casa, aunque pocos lo saben!
E.G.: La realidad es que todo comenzó como la música misma. Uno siente que tiene que esta necesitad de crear y expresar. Para mí nunca hubo una meta muy trazada con estos productos. No solamente te hacen ver bien lo que te hacen sentir bien. He descubierto mucho y no me quiero alejar. Hoy en día [como cada consumidor] lo último que queremos es que baje la calidad de los productos y eso es porque no he cumplido una meta (de ventas) con este proyecto tan amado. La realidad es que sí me gustaría que esta producción tuviera más alcances y éxito pero no he podido cambiar esa meta porque no quiero bajar la calidad. Cuando una celebridad vende un perfume usualmente lo conoce por la cara y yo no tengo deseo de ser eso. Cuando la gente huelan mi perfume quiero que digan, “¡Este perfume es para mí!”
© 2018 PMC. All rights reserved.