Para muchos, Thalía es sinónimo de Marimar y compagina con Televisa. Para algunos es la mujer que interpreta “Amor a la Mexicana”, y sorpresivamente, para otro grupo es aquella guapa mujer que canta al lado de Maluma, la nueva sensación de la música urbana proveniente de Colombia y que probablemente podría ser su hijo, si nos guiamos por la diferencia de edad que existe entre ambos. Ahora bien, ¿Cómo ha hecho esta histriónica figura para mantenerse vigente luego de tantos años de carrera? La respuesta es muy fácil, juntándose en el momento justo con la gente que convierte en oro todo lo que toca.
Thalía es un ícono, no solo mexicano, sino mundial. Algunos probablemente piensen que esta afirmación es un poco exagerada para que la protagonista de María la del Barrio la lleve a cuestas, pero si masajean el concepto en sus cabezas, tal vez esta idea no sea tan alocada. Hay personas que consideran “ícono” a figuras como John Lennon, David Bowie o un Pedro Infante, si nos vamos a territorio azteca; sin embargo, para bien o para mal, esta mujer estuvo presente en muchos almuerzos de latinos que llegaban a sus casas y no podían dejar de escuchar frases célebres como el inolvidable “¡Pa’ su mecha!”, y otros diálogos que salían directamente del televisor de la cocina, donde se encontraban viendo Marimar mientras preparaban un buen arroz con pollo.
Muchos ignoran que la mexicana podría ser considerada una early adopter fortuita, concepto que sirve para denominar a aquellas personas que logran hacer algo antes de que explote en el mainstream. Algo así sucedió en 2012 cuando Thalía grabó un dueto con Tony Bennett titulado “The Way You Look Tonight”. Bennett es una eminencia viviente. No necesita presentación, así que realizar una canción junto a él es una excelente decisión. La composición vino y se fue sin muchos bombos ni platillos, pero lo interesante pasó dos años después, cuando en 2014 Lady Gaga sacó un disco titulado Cheek To Cheek, al lado de Bennett, marcando el comienzo de una exitosa gira entre Gaga y Tony por todo Estados Unidos. ¿Ahora sí entiendes lo de early adopter? Thalía redescubrió, antes que nadie, el potencial que tenía Bennett para volver a pegar en esta generación, digamos que Gaga lo popularizó, lo volvió una lata de sopa Campbell’s al muy propio estilo de Andy Warhol y lo usó como condimento en más de un concierto. Lo cierto de todo este cuento es que Thalía lo vio primero.
Para mantenerte vigente como músico debes crecer y evolucionar a través de los años. Bandas como Nickelback son odiadas por muchos porque han hecho lo mismo desde 2001. Thalía, por otro lado, ha logrado esta evolución de una forma muy correcta y hasta elegante, sin apartarse de sus raíces pero sin dejar de experimentar aquí y allá. Sus colaboraciones no se ven forzadas, como pasa con otros artistas quienes no aguantan para juntarse con alguien en una búsqueda desesperada por un hit. Ella, por el contrario, estudia la posibilidad, la analiza, y si lo cree conveniente, la materializa.
Muchos millennials quizás sepan quién es Thalía por sus padres o por las novelas que veían junto a ellos, y compartir créditos con alguien como Maluma la eleva -o debería decir la rejuvenece- instantáneamente. Tal vez esa juventud que escucha al intérprete colombiano no llegó a vivir la época dorada de Thalía en las novelas, pero muchos vienen de familias que bien saben quién es ella -e incluso bailaron bastante con su música- y es acá cuando se produce una bonita fusión de culturas, edades y demás.
Hacer un dueto con Marc Anthony (como lo hizo la cantante en 2002) es una cosa -eso se hace para tener más caché en la industria-, pero otra muy distinta es llegar y empezar a hacer duetos con estrellas que encabezan listas radiales y poseen las canciones más descargadas de Internet en pleno siglo XXI. Un ejemplo similar lo vimos recientemente con J Balvin, quien no dudó en juntarse con Justin Bieber para hacer el remix de “Sorry”, el más reciente éxito del canadiense. Estamos hablando de uno de los representantes más famosos del mundo del reggaeton [con más de 7.9 millones de seguidores en Instagram] y uno de los fenómenos de la cultura pop más interesantes de los últimos años [quien posee 56 millones de followers en la famosa red social]. Acá no hay perdedores. Todos ganan. Nadie debe decir “lo siento”. Al contrario, esto es una jugada bien pensada para poder hacer un crossover de culturas, de países y de idiomas.
Esta es la forma 2.0 de lograr que un artista rebase las fronteras del idioma. Atrás quedó la costumbre de grabar el mismo éxito en español, inglés e italiano, como lo hacían Ricky Martin y Laura Pausini, ahora el futuro está en hacer colaboraciones con gente que importa. ¿Sabes lo interesante?, todo este análisis del párrafo anterior…Thalía lo sabe, y desde hace mucho, exactamente desde que grabó “I Want you” con Fat Joe en 2003. Sí, quizás el rapero no era famoso mundialmente, pero en ese momento era bastante solicitado en la escena musical de Miami y New York -de donde es oriundo- y tal vez ese era el mercado que la cantante quería conquistar en ese momento. Además, comenzar con Joe fue una buena idea antes de ir detrás del lingote de oro, estamos hablando de Daddy Yankee, con quien colaboró en 2008. ¿Ves que hay un patrón?
Thalía es el ejemplo perfecto del “llegó para quedarse”, así ella tenga una horda de detractores hambrientos de cortarle las piernas cada vez que abre la boca. Lo que sí es innegable es la capacidad que tiene de encontrar el momento exacto para juntarse con quien debe y crear canciones que siguen pegando después de todos estos años de carrera, porque así la odies, Thalía todavía se ve por ahí. ¿Y tú, ya aprendiste a ser relevante entre los millennials?
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