Viajando entre la brutalidad humana y la comedia, el director argentino Damián Szifrón creó una colección de historias peculiares y totalmente impredecibles acerca de cómo todos podemos perder el control. Atinadamente decidió llamar a esta cinta “Relatos Salvajes” o en inglés “Wild Tales,” y que fue estrenada en el más reciente Festival de Cannes, y está ahora nominada al Oscar como Mejor Película en Lengua Extranjera. La carrera de Szifrón incluye varios largometrajes y populares series de televisión que han sido adaptadas en numerosos países de Latinoamérica, como “Los Simuladores.” Aunque ha sabido balancear su pasión por los dos medios visuales, es evidente que el cine es su más grande amor.
Recientemente el carismático Szifron estuvo en Park City para el Festival de Cine de Sundance y se dio el tiempo te hablar con nosotros acerca de esta increíble película que podría darle a Argentina su tercer Oscar.
“Relatos Salvajes” (Wild Tales) estrena este viernes en Los Ángeles y Nueva York, y muy pronto en otras ciudades de Estados Unidos.
“Relatos Salvajes” quedó nominada de entre las 86 películas extranjeras. Primero fue seleccionada por Argentina, luego quedó entre las 9 preseleccionadas, y finalmente entre a las 5 nominadas. ¿Qué sientes de haber llegado tan lejos con esta gran película?
Estoy muy feliz. La verdad que es importante. Una vez que queda nominada la película te das cuenta todo lo que eso trae aparejado, la enorme atención que se genera sobre tu trabajo, la cantidad de gente que uno respeta y admira que empezás a conocer. Tengo que estar muy agradecido, soy muy afortunado y además me parece que todas las películas eran importantes y tenían posibilidades. Es una selección de 86 países que han mandado su película, la cuál a su vez ha sido seleccionada de entre todas las películas de ese país, y sólo pueden quedar 5, bueno pues es muy difícil llegar. Y eso sucedió así que no salgo de mi estado de felicidad y gratitud. Siento mucha gratitud hacia la gente que participó en el proyecto y que de alguna forma hicieron posible este recorrido.
Vámonos al principio, ¿qué te pasó o cual fue tu “relato salvaje” personal que inspiró esta saga de historia sobre gente perdiendo el control?
Hace bastantes años ya tuve un episodio donde me vi involucrado en una pelea. Protagonicé una situación de la que no me creía capaz. Entonces, por experiencia propia de que hay un momento donde la presión es muy alta y que directamente perdés los estribos, perdés el control de tus acciones, y aparece un comportamiento mucho más primitivo y visceral, que evidentemente uno reprime normalmente porque teme las consecuencias. Pero ante la injusticia, ante el abuso de poder, ante el abuso de autoridad, hay un momento en el que te rebelás. Creo que todos tenemos ese “breaking point.” Años después, ahora. Me puedo conectar con esa energía, la conozco, pero no es que por eso haya escrito esta película. Empecé a escribir episodios aislados, y recién cuando tuve el tercero el cuarto me di cuenta que todos estaban vinculados y que había una serie de temas subyacentes y una cuestión energética, que los aglutinaba a todos en la misma película.
Qué tan diferente fue el proceso de escribir este proyecto compuesto de varias historias comparado a escribir una película con una sola historia continúa?
Concretamente me había embarcado en un proceso muy largo de escritura durante los últimos años. Yo hice cuatro cosas, hice dos películas y dos series. Las películas se llaman “El Fondo del Mar” (The Bottom of the Sea) y Tiempo de Valientes (On Probation); y las series son “Los Simuladores” y “Hermanos y Detectives.” Todo esto lo hice entre el 2002 y el 2006, y a partir de ahí me propuse escribir una película de ciencia ficción que creí que iba a filmar dos años más tarde y en realidad esa película empezó a crecer y se convirtió en una trilogía de ciencia ficción.
Fue un momento de mucha expresión creativa y empezaron a surgir una gran cantidad de ideas. Creé una productora de contenido para desarrollar todo ese material y al mismo tiempo que estaba escribiendo esta trilogía, también escribía un Western hablado en inglés, una película de amor, y nuevas ideas seguían apareciendo. A estas nuevas, como tenía tanto material en desarrollo, traté de comprimirlas para que no se convirtieran en más largometrajes y el resultado fue una serie de cuentos. El mecanismo de escritura era muy libre, te diría que bastante salvaje.
¿Qué te enseño trabajar en televisión que ahora reflejas en el cine? Quizás la naturaleza episódica de la televisión influenció “Relatos Salvajes”?
Veo un vínculo muy cercano entre el cine y la televisión porque crecí en los años 80s donde se hacían muchas series. Siempre me gustó el cine como lenguaje y cuando hice las series de televisión muchos me decían que estaba trayendo elementos del cine a la televisión. De pronto cuando hago una película lo que hago es traer elementos de la televisión al cine, pero son pantallas las dos. A mi me gusta la ficción en todas sus formas. Por supuesto que hay determinadas cosas que tienen que ver con la duración que convierten a la televisión en un muy buen campo de experimentación y por ahí quizás tenes menos presión, sentís mas libertad. Pero me parece que el trabajo de un director es encontrar esa libertad en el cine también.
¿Qué estilo visual que prefieres?
Pienso que tenés que generar herramientas para cada película. Cada película tiene su lenguaje. Lo tenés que comprender y trabajar a favor de esa historia en particular. Esta es una historia en donde lo épico y lo cotidiano se cruzan de forman permanente. Lo que uno puede predecir de pronto se vuelve incontrolable, entonces a través de la cámara y de las imágenes habia que contar esos contrastes. Creo que la película opera en dos fronteras diferentes. Una es la frontera que divide a la civilización de la barbarie, que tiene que ver con el comportamiento de estos personajes, y la otra es la frontera que separa a la ficción de la realidad. Sentí que de la mano de estos personajes yo iba cruzando esas fronteras, y de pronto en el episodio de “La Ruta” sentí la presencia del Western, aunque no es un Western. Y por ejemplo, en el episodio de la boda donde esta la mujer devastada y despechada conoce a ese cocinero que la ayuda a salir de esa situación tan dramática, pensé en las películas de Disney. Había algo ahí tipo la Cenicienta que no puede ir al baile y que de pronto aparece este ratoncito simpático que comienza a hablarle y luego viene la magia. Me gusta juntar situaciones cotidianas con esos mundos de las películas que tanto amo.
Ahora después de todo lo que ha pasado con la película crees que tendrás que sacrificar un poco de liberta artística si decides hacer películas mas costosas?
No. Me parece que en el fondo, toda la gente, incluso la que tiene mucho dinero invertido en una película, todos quieren que vos seas muy fresco y libre, y que no seas tan consciente de que hay tanto en juego. Justamente para no ahogar el espacio inventivo o de experimentación. Imagino que el tránsito de una película como “Relatos Salvajes” a una película norteamericana con algún estudio detrás, va a requerir que yo me sienta acá tan libre como sentí filmando esto. Si no no lo haría. La libertad y el tiempo son los bienes mas preciados, y poder disponer de tu tiempo para hacer lo que vos querés. Esas son las cosas que valen la pena defender. Nunca sacrificaría libertad por presupuesto.
Estar nominado al Oscar, ¿qué es lo que mas has disfrutado de estos momentos?
Lo que mas disfruto en este momento es el poder agradecerle a distintas personas todo lo que yo aprendí de ellos. Conocer directores, productores, actores, que hicieron las películas que yo vi mientras iba creciendo y que me formaron tanto. Es tanto el amor que yo tengo por el cine desde los tres años que lo descubrí cuando fui a ver “Superman” de Richard Donner. El cine me impactó tanto, más que ninguna otra actividad en el mundo. No sé que clase de persona sería yo sin las películas que amo. Esas películas me formaron, uno es lo que uno adora. Sin esas películas probablemente hablaría distinto, me dedicaría a otra cosa, estaría con otra mujer, no lo sé. No puedo imaginarme sin todas esa películas en mi vida. De pronto ahora he podido ir conociendo a todas estas personas y eso es lo que me pone muy contento de la nominación al Oscar. La Academia esta formada por gente de la industria, gente que trabajó en esas películas.
¿Qué es lo que debe buscar o tratar de aprender un director joven tratando de hacer un carrera en la complicada industria del cine?
El objetivo es ser cada vez más vos mismo, ser cada vez ese tipo de director particular que uno en el fondo es. Eso surge de un recorrido que va apareciendo con el tiempo. A mi me gustan películas que son tan distintas entre sí y que están hechas por directores que tienen otro sistema operativo en la cabeza. El desafío para un cineasta es encontrar esa voz particular. Los consejos no pueden venir de afuera. Lo mas valioso es expresar lo que uno ya tiene, lo que uno ya es de una forma que es única e irrepetible.
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