La portada de esta semana de “Variety” estuvo dedicada a Bill Murray, un actor que al igual que un santo, tiene a muchos “fieles” que quieren que su figura permanezca en el intrincado mundo de Hollywood, donde la estrella sigue brillando y encantando aún a sus 64 años.
Fotografiado como “Saint Bill,” Murray cuenta sobre el año lleno de sorpresas y elogios que ha tenido y también cuenta las cosas que le han hecho sentir incómodo y que lo hacen mantenerse casi al margen de la industria más glamurosa del mundo.
Por medio del artículo logramos ver al hombre detrás del actor. Aquí algunas de las curiosidades que aprendimos.
Esa dualidad es la que retrata el fotógrafo Martin Schoeller para la revista, inclusive vemos al actor con unos cachos de diablo. Multifacético e incansable, Murray ha hecho prácticamente todos los roles en la pantalla grande. Desde un intrépido cazafantasmas en “Ghostbusters,” un periodista que vive todos los días iguales en “Groundhog Day,” hasta un ex famoso en “Lost in Translation.”
Ahora llega a la pantalla grande con “St. Vincent,” en cines este 24 de octubre, donde actúa junto a Melissa McCarthy y Naomi Watts. En la película el actor será el mentor de un atormentado adolescente interpretado por Jaeden Lieberher.
A pesar de haber actuado en más de 50 películas, seguir vigente y de ser inspiración de grandes directores como Wes Anderson y Jim Jarmusch, Bill Murray no sabe ni quiere entender la fama.
“Estoy nervioso. Todo lo que puedo pensar es que me siento como la Estatua de la Libertad cubierta de gusanos. ¡Siento que voy a ser asaltado! ¿Por qué estoy haciendo esto? ” comenta el actor antes de comenzar la entrevista luego del Festival de Cine de Toronto.
Y aunque su carrera sigue en ascenso, Murray sigue siendo el de siempre y nos sorprende con una apagada y descuidada versión de “Shelter From the Storm” de Bob Dylan para la cinta”St. Vincent” y sin duda que cantar es una habilidad que quiere desarrollar ya que a fin de año, nuevamente el actor se pondrá bajo el lente de Sofía Coppola, pero esta vez en un especial de navidad, donde actuará y cantará.
Su anterior participación con esta directora fue en “Lost in Translation,” donde compartió pantalla con Scarlett Johanson, que le valió una nominación al Oscar, cosa que lo ilusionó en un principio pero luego dice que miró las cosas con otra perspectiva: “Seis meses después me di cuenta que tenía un virus. Que estaba infectado,” y agrega, “La gente tiene esta enfermedad por los Oscar, dicen yo no puedo hacer una película a menos que sea digna de un Oscar y simplemente la gente tiene dificultades para tomar las decisiones correctas después de eso.”
“Si quieres un premio tanto, es como un virus. Es una enfermedad “, explica.
Por su especial carácter se lo ha tildado de excéntrico y más aún este año, donde en Toronto se realizó el “día de Bill Murray” en su honor donde hasta recibió una corona y una banda en su honor.
Pero su actitud, no hace más que hacer que sea adorado por muchos, ya que el actor lejos de ser un divo, tiene un carácter entrañablemente cercano, como quedó demostrado cuando se acercó a darle consejos a una pareja, hace unos meses, cuando llegó de sorpresa a una despedida de soltero.
Además de actor, Murray disfruta jugando golf, cosa que no es nueva para él, ya que explica que cuando joven quiso ser basquetbolista: “Yo quería jugar básquetbol, yo soy normal, quería ser doctor, porque pensaba que era inteligente, pero quería que fuera más fácil de lo que fue.” Y parte de su sueño lo cumplió junto a Michael Jordan en “Space Jam.”
Pero sin duda que Bill Murray sea actor es la mejor decisión que pudo tomar, pronto además lo veremos en la televisión en la miniserie de HBO “Olive Kitteridge,” donde actuará junto a la ganadora del Oscar, Frances McDormand. También se encuentra haciendo la voz para “The Jungle Book”, donde volverá a estar cerca de Scarlett Johansson.
El anti héroe de Hollywood tiene el súper poder de pasar del drama a la comedia y del cine independiente a grandes producciones. Bill Murray está más allá de los premios y la fama. Puede darse el gusto de ser un santo, un rey y la anti estrella solitaria de nuestros tiempos.
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