A pocos días de los Juegos Olímpicos, y durante el mes del orgullo gay (LGBT), Caitlyn Jenner vuelve hacer de las suyas al convertirse en la primera mujer transgénero en ser portada de la revista Sports Illustrated. ¿Qué podemos decir de tal logro? Muy simple, la estrella de reality continúa desafiando los estereotipos y rompiendo paradigmas sociales, mediáticos y también personales.
Esta portada representa mucho, no solo para Jenner, sino también para la comunidad LGBT y la sociedad en general. Es un paso más en el proceso de inclusión y aceptación social. Y no podía suceder en un mejor momento cuando miles de personas en todo el mundo celebran una conmemoración que más allá de ser una fecha, busca promover la igualdad de trato y también reivindicar los derechos del colectivo LGBT.
Un mes histórico, sin duda, ya que el legendario e icónico bar Stonewall Inn de New York fue finalmente designado el primer monumento nacional LGBT de los Estados Unidos. Y para rematar, Jenner, quien anteriormente fuera conocida como Bruce Jenner exatleta olímpico, héroe nacional y medalla de oro (Montreal 1976) en la especialidad del decatlón, aparece en la portada de una de las revistas más conocidas en los medios deportivos, y también famosa por su edición anual de traje de baño y con un 77% de lectores hombres.
Tanto la portada como la entrevista son muy importantes. Primero porque Jenner aparece con su medalla como collar, muy diferente a la portada que adornó la misma publicación hace 40 años, donde salía un Bruce victorioso con las manos en alto, todo un emblema de victoria. Segundo, ya no cuenta su triunfo e historia como Bruce sino como Caitlyn, la identidad que conocimos hace aproximadamente un año y que causó revuelo en todos los medios y círculos sociales. La persona que lo arriesgó todo por vivir su verdad.
Jenner lo dice muy claramente en su entrevista: tiene una relación muy compleja con la medalla y lo que ésta representa. Pero agradece y conmemora tal logro porque ha sido parte de su vida, y como ella misma lo reconoce, esa extraordinaria hazaña le permitió sobrellevar todos los años de sufrimiento, viviendo bajo la sombra de lo ahora llamado disforia de género. “Si no hay una medalla, Caitlyn Jenner casi seguro no se hubiera convertido en la persona más famosa en la historia transgénero. Ella no se hubiera convertido en una imponente (literalmente, 6 ‘4 “en tacones) figura pública, la cual es capaz de ambos, unificar y polarizar (incluso dentro de la comunidad trans), mientras que estimular el debate sobre los temas de género de una manera que nadie más lo ha hecho”, dice.
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Bravo tanto por Jenner como por Sports Illustrated por atreverse a desmitificar los estereotipos y paradigmas. Más allá de las críticas, la apoyes o no, estés de acuerdo o no, Jenner se ha convertido en un símbolo de coraje. El héroe y atleta, el que otrora fuera venerado por muchos, es ahora una nueva figura. Sus logros son victorias para muchas personas y su valentía continúa concientizando al mundo sobre la transexualidad y la importancia de la aceptación.
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