Las nominaciones a la entrega número 88 de los Premios Oscar fueron anunciadas la mañana del 14 de enero por Guillermo del Toro, John Krasinski y Ang Lee, un panel bastante variado culturalmente. Los latinos están presentes en algunas categorías. Básicamente, Alejandro González Iñárritu se ha convertido en el representante oficial latinoamericano en esta entrega de premios desde el año pasado por Birdman, lo cual sin duda llena de orgullo a cualquiera, pero también es algo que levanta muchas interrogantes para cualquier ojo crítico.
Sabemos muy bien, y el Oscar también, que existen bastantes latinos sudando la gota gorda para poder hacer un trabajo magnífico detrás de las cámaras en Hollywood, esfuerzo que todos debemos aplaudir. Prueba de esta afirmación no solo se resguarda en el trabajo de Iñárritu, sino tambien en el del director de fotografía Emmanuel Lubezki, en el de Gabriel Osorio y Pato Escala, quienes crearon el cándido cuento de Bear Story, nominado a Mejor Cortometraje Animado, y en la magnánima producción liderada por el colombiano Ciro Guerra titulada El abrazo de la serpiente. A todos ellos les debemos un whiskey, un tequila y un ron. Ahora bien, ¿Qué pasa con los actores?
Con esta pregunta no estamos tratando de crear fuego en Internet diciendo “Debe haber un latino importante en cada película o sino hacemos un disturbio”, como pasaría si el personaje de Daryl Dixon muriese en The Walking Dead, esa no es la idea. Sabemos que La Academia debe juzgar meticulosamente cada actuación sin detenerse a ver la etnia de cada intérprete o su ascendencia cultural, o al menos esa debería ser la manera de juzgar cada caso. El problema radica en que no existen muchos actores haciendo papeles importantes en la meca del cine norteamericano. Ahora bien, ¿de quién es la culpa de esta ausencia?
Esto fue precisamente lo que trató de explicar Oscar Isaac al recoger su Golden Globe a Mejor Actor por su papel en Show me a Hero: “Está pasando, no hay muchos [latinos en Hollywood] y es difícil, es difícil para la gente en este país que no luce como el prototipo obtener roles importantes” (…) “Pero está pasando poco a poco”, señaló el actor en esa oportunidad. El problema es que ese “poco a poco” se está moviendo muy lentamente. Ese “poco a poco” podría tomar años, y para algunos es preocupante.
Prueba de esto también se resguarda bajo un nombre muy conocido: Benicio del Toro. Negar que este puertorriqueño es un buen actor es como dudar que la Tierra es redonda, lo sentimos Tila Tequila. Su actuación en Sicario fue muy aplaudida a nivel mundial, pero su nombre está ausente entre los nominados, tal vez porque para el Oscar existían otras interpretaciones mejores que esta, lo cual es un argumento totalmente válido. Lo mismo podría decirse del rol de Demián Bichir como The Mexican en The Hateful Eight, cinta que fue totalmente obviada en esta entrega de premios, tomando en cuenta que es uno de los mejores esfuerzos cinematográficos creados en 2015.
Lo ilógico acá es que no existen muchos latinos en grandes películas de Hollywood haciendo papeles cruciales para el filme. Sí, tenemos algunos blockbusters como Ant Man con una cómica actuación de Michael Peña y quizás tú te acuerdes de otras, pero, ¿Room cambiaría si la protagonista del filme fuera latina? ¿Estaría nominada? ¿Te afectaría ver una latina haciendo un papel de una irlandesa por ejemplo si la actriz tiene todos los rasgos físicos necesarios? Si DiCaprio no hubiese estado en The Revenant, ¿la historia hubiese cambiado? ¿Estaría nominada a 12 estatuillas? ¿Será que lo que mueve a estas películas a estar nominadas son los nombres que cargan consigo a cuestas porque si la cinta es de DiCaprio “siempre es buena”?
Son demasiadas las interrogantes que existen en este tema, pero lo importante es comenzar una discusión. Quizás este tipo de debates se conviertan en el ágora perfecto para comenzar un cambio, una cirugía plástica necesaria en la manera de pensar de muchos productores en Hollywood para que estos nombres que levantan nominaciones se llenen en un futuro de apellidos que vengan de América del Sur. Para eso hay que empezar a hacer lo que se está haciendo en televisión.
Gael García Bernal en Mozart in the Jungle, Isaac en Show me a Hero e incluso Gina Rodríguez, quien es de ascendencia latina, en Jane the Virgin, están haciendo roles importantes en la pantalla chica que no se enfocan en el hecho de que son de tez morena. Necesitamos más papeles donde se borre el concepto que dice que el latino debe ser latino en todo lo que hagan frente a las cámaras, eso es lo que hace que muchas producciones no piensen en grandes actores latinoamericanos para roles importantes, porque tristemente en muchas oportunidades estamos siendo estereotipados.
González Inárritu hizo un trabajo excelente en The Revenant, y así como se le confió a él la responsabilidad de llevar un proyecto que no se enfoca en nacionalidades, Hollywood debería confiar más en que los actores latinos pueden lograr propulsar papeles que no solo tengan que ver con su cultura, esto ha ocurrido en varias oportunidades en el pasado, pero no de forma masiva.
América Ferrera señaló que esa fue la primera cosa que notó de Superstore, su nuevo show: “Me sorprendió ver un guión que no señalara los rasgos étnicos de los personajes”, comentó la actriz durante el panel de NBC para un evento organizado por la Asociación de Críticos de la Televisión. Eso está muy bien. Es un comienzo. Es un “poco a poco” que debemos trasladar al cine. Debemos seguir luchando para que estemos allí bien en alto. Ya lo estamos logrando detrás de las pantallas y es hora de hacerlo delante de ellas.
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