Como ya nos tienen acostumbrado Westworld continúa su camino hacia lo desconocido. Episodio 4 no es la excepción, ya que viene cargado de aventuras, algunas respuestas, y misterios por resolver. El mismo fue escrito por Jonathan Nolan y Ed Brubaker –famoso cartonista y escritor de cómics estadounidense conocido por historias de superhéroes como, Batman, Daredevil, Captain America y Catwoman, entre otros.
El título lo dice todo, Dissonance Theory (La Teoría de la Disonancia). Y si presumimos que el mismo tiene relación con el concepto de disonancia cognitiva, formulado por el psicólogo Leon Festinger (1957), quedan claras las diferentes disyuntivas que se presentan en el episodio.
Sin tratar de ser expertos en el tema, este concepto establece que cuando se tienen dos ideas opuestas al mismo tiempo, se favorecerá a la que causa menor distorsión a la persona. La mejor manera de reducirla puede ser a través de una cambio de actitud ante la realidad. Por ejemplo, ¿pueden los Hosts tener sus propias opiniones y creencias, o simplemente tienen que conformarse con la programación a la que son sometidos, aunque los mismos entren en conflicto con sus diferentes realidades?
VER TAMBIEN: Westworld, episodio 3 ‘The Stray’- Recap
Y si bien el episodio 4 nos ofrece más información sobre algunos de los personajes principales, la verdad es que todavía no sabemos a ciencia cierta hacia dónde nos lleva la trama. Por el momento, lo que vemos continúa siendo prometedor.
Spoilers a continuación …
Dolores y su compleja realidad
El episodio comienza como todos los anteriores, con Dolores (Evan Rachel Wood) en primer plano, acompañada de su inseparable creador Bernard (Jeffrey Wright). Pero tomemos unas líneas para comentar la increíble actuación de Wood, quien de manera magistral nos hace conectarnos a un personaje, el cual, si bien sabemos que nos es humano, terminamos preguntándonos continuamente cuán real es Dolores.
El diálogo entre ambos es complejo. Como parecen ser todas las líneas escritas en Westworld. En su acostumbrada charla, Bernard le pregunta a Dolores, “¿Qué es lo que tu quieres?”. A lo que Dolores comenta, “No lo sé, pero creo que existe algo malo en este mundo. Algo escondido. Es eso o hay algo malo conmigo. Podría estar perdiendo la cabeza”.
VER TAMBIEN: Famosos en el estreno de la serie ‘Westworld‘ [FOTOS]
Y es aquí cuando, por primera vez escuchamos hablar a Bernard de The Maze. Resulta que es un juego secreto, y en la breve descripción dada a Dolores, sabemos que si ella logra encontrar el centro del mismo, “podría ser libre”. A lo que el personaje de Wood confirma, “creo que quiero ser libre”. No olvidemos que Dolores es el Host más viejo, y por ende el más experimentado y usado.
La visiones de Maeve son más oscuras de lo que creemos
Maeve (Thandie Newton) indagó aún más acerca de sus recurrentes visiones y memorias. A la vez trató de saber quién es el misterioso hombre de las máscara y el traje blanco. La vemos buscando respuestas, y tomando medidas extremas para entender lo vivido. El problema, no sabemos si esto es parte de su programación o no. Al final de su recurrente historia pareciera que su personaje siempre vuelve al punto de inicio, una y otra vez.
El Hombre de Negro regresa a sus andanzas
Una de las revelaciones más interesantes en episodio 4 es la del personaje de Harris. El Hombre de Negro es un misterio, pero poco a poco nos vamos enterando de quién es este asiduo visitante del parque. Por ejemplo, está confirmado que es un hombre adinerado y con mucho poder fuera de Westworld. Vemos como un hombre se le acerca y trata de agradecerle por la ayuda de la Fundación a su hermana. El Hombre de Negro le reclama, “Una palabra más, y te corto la garganta”. Y continúa, “Estas son mis vacaciones F…”.
Otra información clave es que el Hombre de Negro tiene conocimiento de Arnold –el socio fundador de Dr. Ford (Anthony Hopkins). Y lo confirma al decir que él ha leído todas las páginas de la historia, excepto la última. Al menos sabemos uno de sus motivos.
VER TAMBIEN: Westworld, episodio 2 ‘Chesnut’-Recap
A todo esto le sumamos el encuentro con la serpiente – una Host con un tatuaje del animal, Armistice (Ingrid Bolsø Berdal). El Hombre de Negro quiere saber el secreto detrás del mismo. A lo que ella le dice que ésta representa su búsqueda de venganza, y la cabeza de la serpiente simboliza al enloquecido Wyatt, el último su lista.
Ford nos muestra un lado diferente
Hasta los momentos hemos visto a un Ford tranquilo, haciendo lo suyo, elucubrando y trabajando en una nueva narrativa. También alterando las historias de los Hosts. ¿Rebeldía o sabotaje tal vez? Está por verse.
Pero en el episodio 4, si bien Hopkins solo tiene una par de escenas, son muy reveladoras. Ambas en compañía de Theresa (Sidse Babett Knudsen), quien cree que va a logra presionar a Ford y hacerlo reconsiderar su nuevo proyecto. Resulta que Westworld funciona como toda una corporación – con junta directiva y demás. La cosa no va muy bien, ya que vemos que el proyecto está avanzado y Theresa no tiene muchas opciones – Ford es amo y señor del mismo.
En una sentada muy amigable donde ambos conversaban, la cosa parece tornarse incómoda para Theresa. Ella se da cuenta de que es la misma mesa donde solía sentarse cuando visitaba el parque hace muchos años con su familia. Vemos a un Ford directo y en control. Le deja claro que Westworld no es un parque temático o un negocio, sino un mundo en sí. “Aquí, somos dioses, y tu simplemente, nuestros clientes”.
Ford hace un paralelismo con Arnold, y deja clara la diferencia entre ambos. “Arnold perdió el horizonte”, afirmaba. “Yo siempre lo he visto todo muy claro. Han habido muchos como tu que van y vienen. Por lo que por favor te voy a pedir que no te metas en mi camino”.
© 2018 PMC. All rights reserved.