El tema del control de armas en Estados Unidos es sin duda uno de los más debatidos y que genera controversias. Es un problema complejo y de grandes magnitudes. Si bien el porcentaje de homicidios por armas de fuego no ocupa el primer lugar, son la tercera causa de muerte en el país entre los hombres de 15 a 29 años, según The New York Times. Le siguen los suicidios y los accidentes, respectivamente.
Ningún otro país en occidente se compara a Estados Unidos cuando hablamos de las tazas de homicidios diarios. Pero, los congresistas parecen no coincidir en una política pública que logre disipar el potencial peligro y repercusiones que el uso de las armas, o simplemente su portación, tiene en la sociedad. La tragedia ocurrida en Orlando es solo una muestra de esto.
Pero con todo lo acontecido últimamente en Estados Unidos, nos preguntamos, ¿qué tanta responsabilidad tiene Hollywood en la exaltación o glorificación de la utilización de armas en la cultura estadounidense? ¿Cuál es el papel que ha jugado la industria del entretenimiento en la problemática de la violencia por armas de fuego?
Los recientes tiroteos y enfrentamientos violentos entre la policía y la gente de raza negra nos pone a pensar cuán responsable es o en cuánto ha contribuido la industria en crear un clima de aceptación de las armas. Porque como siempre, en respuesta a cualquier hecho trágico o violento, Hollywood tiende a reaccionar, no solo de manera inmediata sino también vocal. Los famosos son usualmente muy mediáticos a la hora de fijar posición en contra del porte y uso de armas de fuego.
Por muchos años, la industria ha estado dividida entre aquellos críticos, en parte de derecha, quienes responsabilizan de los actos de violencia armada a las imágenes e historias creadas por el cine, la música y la televisión. Y por otro lado, están los defensores del arte y la cultura que se deriva de tales manifestaciones y expresiones características de una sociedad, hasta llegar a argumentar que la ficción, o el entretenimiento de contenido violento no son los detonantes de crímenes o abusos.
Claro está, que con la coyuntura social actual, este debate se ha acrecentado, especialmente con películas muy recientes como la última saga del agente Jason Bourne o el film de DC Comic, Suicide Squad. Resulta que el material promocional de ambos filmes tiene un alto contenido visual de armas y de violencia implícita.
Solo en lo que va de 2016, hemos visto más de una decena de películas que se valen de las armas de fuego en su estrategia de mercadeo y promoción para captar audiencias. La lista aumenta a medida que avanzamos con los estrenos. Hagamos un breve repaso, Jason Bourne, Suicide Squad, Deadpool, Central Intelligence, Jane Got a Gun, London Has Fallen, The Nice Guys, The Purge: Election Year, War Dogs, entre otros.
Hollywood ha sido acusado de tener un doble discurso al lidiar con el tema de la violencia y las armas de fuego. No olvidemos que también el factor monetario está de por medio. Por ejemplo, Suicide Squad se ha convertido en el tercer mejor estreno del año al lograr 135 millones de dólares en taquilla. ¿Y alguien va a dejar de realizar este tipo de film solo porque no quieren enseñar un arma en el póster o promover la violencia con sus historias?
Al mismo tiempo, los estudios, actores y productores se benefician de estas súper producciones, las cuales están plagadas de representaciones de violencia y uso compulsivo de armas. Pero al mismo tiempo, muchos de los famosos piden censurar la cultura de las armas cada vez que se les presenta la oportunidad. El director Quentin Tarantino ha estado en el centro del huracán, ya que habló públicamente en contra del abuso policial y los tiroteos acontecidos en New York en 2015. Como decimos en Latinoamérica, ¿con qué rabo se sienta la cucaracha? ¿Dónde dejamos la última película del director, The Hateful Eight, todo un western violento? Su posición firme en cuanto a la realidad social hace que sus filmes sean criticados por su saturado y alto contenido de armas y violencia.
De hecho, el productor Harvey Weinstein (Sin City y Pulp Fiction) fue una de las personalidades de la industria que en su momento trató de fijar una posición al comunicar que dejaría de relacionarse con filmes violentos. Pero a la final éste terminó produciendo la película de Tarantino. ¿Dinero de por medio?
Matt Damon no se salva tampoco de ser acusado del doble discurso. El actor ha sido muy enfático en la necesidad de implementar un modelo de prohibición de armas similar al utilizado en Australia durante los 90. Las críticas no han parado ya que suena paradójico que Damon esté en contra de todo esto, cuando su carrera, o gran parte de ella, ha sido a punta de pistola –literalmente.
Entonces… ¿Qué puede hacer Hollywood para ser parte de la solución y no el problema? ¿Es suficiente con dejar de hacer películas violentas? ¿Qué pasaría si decidimos hacer un experimento social y por 12 meses, no se estrenan películas violentas? Soñar no cuesta nada.
Si la responsabilidad de la violencia por armas de fuego es problema de solo una persona o industria, estamos lejos de llegar a una solución.
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