Descubrí a Chrissy Teigen como comediante mucho antes de conocerla modelando bikinis para Sports Illustrated. Prácticamente todos los famosos que seguía en Twitter en 2011 eran personas dedicadas al humor (¿quién quiere leer a otro cantante anunciando uno de sus conciertos en Ann Arbor, Michigan, después de todo?), pero algún veterano del stand-up mencionó lo divertida que había sido la modelo al cubrir los SAG Awards de ese año.
Naturalmente recorrí todos los tuits de Teigen y de inmediato decidí seguirla. Sus hilarantes observaciones no se tocaban el corazón, además de que su nivel de acceso a ceremonias de premiación y otros eventos de élite estaban garantizados pues era la flamante novia de John Legend. Poco después Chrissy abrió un blog prácticamente dedicado a su gran pasión: la comida. Sobra decir que para el momento en que la anunciaron como conductora de Lip Sync Battle en la cadena Spike yo era un fan declarado de la inteligente y graciosa modelo. Sus fotos en bikini para Sports Illustrated no estaban de más, por supuesto.
El éxito de Chrissy me hizo reflexionar recientemente sobre la gran cantidad de modelos o ex modelos que han trascendido más allá de la “vida útil” que les confiere la profesión de ser bellas. Cada vez que se repite algún chiste sobre el discurso que Melania Trump le robó a Michelle Obama pretendemos reforzar la idea de que las mujeres hermosas están obligadas a ser brutas como un ladrillo, pero… ¿no es eso una forma de discriminación?
Tranquilos, no pretendo emprender una cruzada de protección para la “gente bonita”, sino enumerar a algunas de esas modelos que han llevado sus carreras más lejos de lo que el atractivo físico garantiza. Curiosamente escribo estas líneas postrado en un cómodo sillón que ostenta el nombre de Cindy Crawford, así que me parece que el tema es válido. ¿Quién iba a decirme que la chica que dominaba las portadas del SI Swimsuit Issue a finales de los 80’s se iba a convertir en magnate mueblera?
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La visión de negocios de otra chica Sports Illustrated llevó a Kathy Ireland a generar un emporio global de marcas que le convirtió en la modelo más rica del mundo en el 2012. El título cambió de manos recientemente, gracias a que Gisele Bündchen decidió incursionar en el negocio de las sandalias de playa, pero tal parece que el salto de modelar bikinis a dirigir empresas no les resultó tan complicado a ambas.
Otras, como Tyra Banks, explotan su carisma y su visión mediática. Tyra nunca ha ocultado su admiración por Oprah Winfrey, reflejada en su labor conductora de un daytime talk show. Pero su trampolín al éxito en los medios llegó con la franquicia America’s Next Top Model, una simple extensión lógica de llevar lo que había aprendido en las pasarelas a un ámbito competitivo. Heidi Klum hizo lo propio con Project Runway, demostrando que en la pantalla hay lugar para más de una modelo conduciendo un reality. Y también demostró que las alemanas pueden tener sentido del humor, rompiendo un estereotipo más.
¿Qué hay de Padma Lakshmi, conductora de Top Chef, autora de varios libros de cocina y expareja del Premio Nobel de Literatura Salman Rushdie? Quienes la conocen atestiguan que lo más intimidante en ella no es su atractivo físico, sino su intelecto. Está claro que una mente ágil dura más que unas curvas sensuales.
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Las nuevas generaciones de modelos también tienen su arsenal de sorpresas a mano. Cara Delevingne quizá no sea la mejor actriz, ¿pero la has escuchado tocando guitarra clásica? Su interpretación del instrumento para un programa de TV en España dejó pasmados a los conductores y al público, sin mayor esfuerzo. Y Gigi Hadid ha probado ser una conductora muy capaz en eventos como los recientes American Music Awards. Por cierto, también destacó ahí su talento como imitadora, al hacer una perfecta impresión verbal de… Melania Trump.
Ah, Melania, el blanco de tantas bromas. Por cierto, ¿sabías que habla seis idiomas con fluidez? Así que a lo mejor sería bueno ir retirando tanto chiste sobre ella y la idea de que es tonta. Después de todo es la futura Primera Dama, ¿o no?
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