Hay un tema que domina en Hollywood hoy; la falta de diversidad. El argumento es el siguiente: Hollywood es una industria establecida en la que se ve poca representación de las minorías que ocupan el país, algo que se ve evidenciado en esta temporada de premios. Si es en la pantalla grande que conocemos al mundo, ¿qué estamos aprendiendo en de una industria de cine que no representa de su diversidad?
El 2015 vio el nacimiento del hashtag #OscarsSoWhite en Twitter al mismo tiempo que #BlackLivesMatter. Esto no es una coincidencia, ya que fue un año de gran tensión racial en Estados Unidos.
El anuncio de los nominados al Oscar 2016 fue una segunda cachetada a una población ya polarizada por el debate de las razas. Nuevamente, la Academia llegó sin reconocer a latinos, afroamericanos o asiáticos en las categorías actorales.
Los latinos, al igual que otras minorías, se vieron representados detrás de las cámaras. Este año Alejandro González Iñárritu, Emmanuel “El Chivo” Lubezki, Martín Hernández, Gabriel Osorio, Pato Escala y Ciro Guerra enorgullecen a su gente con sus nominaciones.
¿Y qué pasa con el talento frente a las cámaras? ¿Dónde están los papeles protagónicos para los latinos y las otras minorías? No hay muchos, y la Academia prefirió ignorar los que hubo. La actriz Gina Rodríguez respondió estas preguntas en un Tweet que compartió el 26 de enero. Según ella los estudios de Hollywood no respaldan películas protagonizadas por latinos porque no creen que la inversión traiga frutos económicos.
Antonio Banderas nos dijo en exclusiva, mientras promocionaba The 33, que estamos en el camino correcto y que él tiene la solución para ver más representación latina en pantalla. El español propone la creación de una distribuidora hispana a través de una colaboración internacional, como señala en este video:
Pero, ¿por qué es importante emprender esta lucha y buscar la diversidad en Hollywood?
La industria del cine influye sobre las culturas. Académicos como Alan Albarran argumentan que las películas norteamericanas dominan las taquillas del mundo, hasta por encima de cintas locales, y que esta importación de filmes ofrece como resultado un “blanqueamiento” global. La importancia de ver nuestras historias representadas en Hollywood no se limita al efecto que tiene la importación del cine norteamericano en el exterior. Tener protagonismo en films taquilleras es una manera de educar y combatir estereotipos que condicionan como vemos a los demás y hasta a nosotros mismos.
Banderas nos dio un ejemplo perfecto de este fenómeno en nuestra entrevista al decir que hace 25 años, cuando él llegó a la industria, los hispanos solo interpretaban a los malos en el cine de Hollywood. Esto, según él, está cambiando. “Vemos que el director hispano, el productor hispano, el actor hispano está muy respetado en Hollywood. La prueba está en los premios Oscar y en los Globos de Oro, donde mexicanos y españoles se llevan premios y están ahí muy metidos en la crema, en la industria”, comentó el intérprete.
De la misma manera, en las películas del lejano oeste, los indígenas que habitaban este país eran representados como salvajes que tenían que ser dominados. Los hispanos eran los malos, los negros eran los delincuentes. En una columna escrita para Time Magazine , Brian Young, un joven cineasta navajo, habla del dilema de tener que interpretar roles que perpetúan los estereotipos que han plagado a su pueblo desde el siglo XIX para poder seguir trabajando en la industria del cine.
En otra entrevista exclusiva, esta vez con Vin Diesel, le preguntamos si un actor era capaz de trascender más allá de su raza para interpretar un papel y a través de esta interrogante el protagonista de Furious 7 nos compartió su experiencia en Hollywood:
“La primera vez que me pagaron por un film fue a los 30 años en Saving Private Ryan, a pesar de que llevo actuando desde los 7 años. Cuando era más joven no creo que Hollywood era capaz pensar en las identidades de las personas de esta manera. Me gustaría pensar que si he hecho alguna contribución a Hollywood y al mundo de cinema es justo eso, que uno puede ser alguien que trasciende razas.”
Si Hollywood es capaz de crear y alimentar estereotipos, también es capaz de derrumbarlos.
Dennis Haysbert es un actor afroamericano que saltó a la fama por darle vida al primer presidente afroamericano de EE.UU. en la popular serie 24 (2001). Antes de que él interpretase el papel de Dennis Palmer, los roles de los primeros mandatarios de esta nación eran realizados por hombres mayores y blancos.
En una entrevista que el intérprete sostuvo con TV Guide en 2008, Haysbert mencionó que su rol le demostró al mundo que cualquier persona puede llegar a ser presidente sin importar raza o sexo, mientras esté calificado para el cargo. Según él, esto ayudo a abrirle el camino a Barack Obama, quien llegó a la Casa Blanca en ese mismo año.
La queja en contra de la Academia es entonces válida. Si no reconocemos a actores de color en sus papeles protagónicos, al mundo le costará más ver a esas poblaciones de manera distinta. Esta no es solo una lucha por igualdad en una industria, es parte de un combate en contra del racismo y de los estereotipos que destruyen las culturas.
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