¡Hola, mis geeks! ¿Se acuerdan cuando les dije que La Geekotecca sería un lugar para hablar de la intersección del mundo del entretenimiento y la tecnología y que sería puro party? Bueno pues en los últimos días, el mundo téc y Hollywood no se cruzaron—chocaron. Y no fue party. Fue un desastre. Estoy hablando del “Hackeo de Sony,” dónde—por si no lo sabían—un grupo de hackers, autodenominados como los “Guardianes de la Paz” que ahora ha sido vinculado a Corea del Norte, filtró un montón de información de uno de los estudios más grandes del entretenimiento en el mundo, Sony.
Hasta ahora, el hackeo ha resultado en nuestro saber de salarios de ejecutivos, comentarios ignorantes por parte de los líderes de esta empresa expuestos al público, y recientemente, la decisión por parte de Sony de no distribuir la película “The Interview” de ninguna forma, luego de que Regal, AMC y Cinemark decidieron no participar en la primicia este 25 de diciembre por “proteger a sus clientes” de una amenaza terrorista.
En este tweet, el actor Judd Apatow dice, “Creo que es una desgracia que estos cines no vayan a tener a “The Interview” en taquilla. De ahora en adelante, cancelarán la distribuición de cualquier película que reciba una amenaza anónima?”
Podemos llorar, reír y pensar que este es el comienzo del final de la libertad de expresión. Pero también podemos reflejar. Es por eso que decidí detallar cuatro cosas que podemos aprender de este fiasco.
La privacidad no existe
Lo sé, duele admitirlo, pero es la verdad. En Hollywood, lo vimos con Jennifer Lawrence y con otros famosos y lo volvemos a ver con Sony—en el transcurso de un año. Fuera de Tinseltown, lo vimos con la NSA y con comerciantes como Target y Walmart, todo en este año. Estoy hablando de brechas de seguridad. Es el 2014, los hackers existen, practican su arte y les genera bastante publicidad, orgullo, dinero, entre otras cosas. Lo van a seguir haciendo. Sorry.
Pero…la responsabilidad si existe
Y desafortunadamente, Sony la está sumiendo un poco tarde. Después de que hayan salido a la luz los comentarios vía email de Amy Pascal y Scott Rudin, los sueldos de ejecutivos y los seudónimos que la empresa usa para referirse a los famosos, Sony decidió ofrecerles protección contra el robo de identidad gratuita no sólo a sus empleados, sino también a los directores y escritores que han trabajado con ellos. No es decir que Sony pudo haber prevenido el hacking porque lo mismo le puedo haber pasado a cualquier estudio. Pero si hay algo que debemos aprender, es esto. Es hora de que los estudios de Hollywood inviertan más recursos en la ciberseguridad de sus empleados y su propiedad intelectual. Sino, seguiremos viendo lo que le pasó a Sony. Gracias a este hacking conocimos los guiones de futuros proyectos de Sony y también conocimos los cosas relevantes a otras compañías como Snapchat. Snapchat, quien nunca ha distribuido una película, ni mucho menos una con sentimientos anti-norcoreanos, también resultó víctima. Pobre Snapchat; por estar en conversaciones con ejecutivos de Sony vía email, ahora sabemos que adquirió una compañía que fabrica gafas que buscan competir con Google Glass. Oops.
(Fuente: TechCrunch.com)
Seamos inteligentes
¿Y si no trabajo para un estudio? ¿Cómo me afecta esto? Buena pregunta. Primero que todo, es importante recordar que este hacking ha causado que el Departamento de Seguridad Interna lance una investigación por sospechas de terrorismo luego de que un email haya llegado a empleados de Sony advirtiendoles que si la película “The Interview” se distribuye en cines, habrá repercusiones muy graves: “Recuerde el 11 de septiembre,” lee el memorando. En otras palabras, el poder del email es uno muy, pues, potente. De ahora en adelante, recomiendo hacer lo mismo que Oprah recomienda, porque como siempre, ella lo sabe todo: “Trato de escribir todo lo que escribo como si fuese a aparecer en el New York Times.” No es mala práctica ni hábito para desarrollar.
El racismo y la estupidez siguen vigentes
Los emails entre empleados de Sony sobre las películas que seguro son las favoritas del Presidente Obama dieron mucho de que hablar. Shonda Rhimes los llamó “racistas,” mientras que otras celebridades salieron en defensa de Amy Pascal, co-presidenta de Sony quien sugirió que al presidente le ha de encantar “Django Unchained” o “12 Years A Slave.” A la misma vez, Oprah dijo en entrevista con CNN, “Hay cosas que uno dice en conversaciones privadas con amigos y colegas que no le gustaría que salieran al aire en CNN. No sé el contexto de esos correos electrónicos.” Es injusto que Pascal de repente se haya convertido en la cara del “racismo” por sugerir que la película favorita del Presidente Obama ha de ser “Django Unchained,” “12 Years a Slave,” or “The Butler.” No conozco a Pascal, y no quiero calumniar a nadie. Pascal no es la “racista de Hollywood,” pero desafortunadamente, si se ha convertido en símbolo y recordatorio de todo el racismo que existe en la industria y en el mundo. Más allá de eso, todo este caso nos recuerda que la estupidez e ignorancia aún existen, especialmente a través de la internet, un medio cuyas ventanillas resguardadas por barreras de seguridad y contraseñas engañan.
El lema del día: En Hollywood, las apariencias engañan. En la internet, aún más.
¿Crees que me faltó alguna lección? ¡Cuéntame en los comentarios!
© 2018 PMC. All rights reserved.