Famosos. Son como nosotros, excepto por el hecho de que suelen tener más dinero, más reconocimiento público y más seguidores en Instagram, Facebook, Twitter y otras redes sociales (quizá no en Google+, allí es como un pueblo fantasma). Pero no todas las celebridades se apegan a un patrón típico en dichas redes. Yo he encontrado siete categorías básicas, en las que seguro reconocerás a más de uno de tus favoritos.
ACLARACIÓN: Entiéndase que cada categoría contempla a hombres y mujeres, aunque el género de cada título se exprese en forma masculina. No es que yo sea un macho irredento, cómplice del hetero-patriarcado opresor. Sólo quería ahorrarles la monserga de leer: “El Famoso/La Famosa” en cada punto. En fin, comencemos:
FAMOSO AUTOPROMOTOR. ¿Quieres saber cuándo se va a presentar este famoso en tu ciudad más cercana? ¿O la fecha en que lanzará a la venta su nuevo tema musical? ¿Qué tal un link para ordenar su fragancia exclusiva en línea? No importa el nivel de fama que posea esta figura célebre: Siempre considera necesario recordarnos que debemos consumir TODO lo que produzca, cuanto antes. Y lo hace por todas sus redes.
LO BUENO: No tienes excusa para no enterarte del debut de su obra de teatro/línea de emojis/video con Pitbull.
LO MALO: Es más hartante que ver tu canal de TV favorito en la madrugada, cuando no pasan más que infocomerciales.
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FAMOSO DE FAMILIA. Olvídate de todos los reportes que dicen que el matrimonio de tu estrella favorita pasa por un mal momento: ¡Míralo qué feliz se ve con su pareja, paseando a los niños en un parque! Esta celebridad suele habitar las redes sociales para presumir lo bien que le va, lo talentosos que son sus pequeñitos, y lo geniales que resultan todos sus proyectos. Vamos, que nos resulta difícil creer que Thalía o Shakira no hayan tenido jamás un mal día en sus respectivas vidas, ¿no?
LO BUENO: Te dan una excusa para hacer lo mismo que ellos y ellas, mintiendo descaradamente ante todos tus contactos presumiéndoles que estás “de maravilla”, o “ganando como siempre”.
LO MALO: Estas mentiras son como las dietas mágicas: de momento parecen estar dando resultado, pero cuando llega el rebote las consecuencias son devastadoras.
FAMOSO ACTIVISTA. Generalmente no le interesa hablar de su vida privada o de sus proyectos profesionales. Ah, pero si hay una selva virgen por conservar, una enfermedad por curar, una especie animal por salvar o una causa por defender, sabes bien que esta clase de celebridad te la va a recordar hasta que se le acabe el plan de datos de su móvil. Ricky Martin y Leonardo DiCaprio son buenos ejemplos.
LO BUENO: Es refrescante saber que todavía hay personas que utilizan su fama para promover iniciativas o medidas sensatas.
LO MALO: Te recuerdan a ese amigo que se siente superior a ti por ser vegetariano/triatleta/voluntario de algo.
FAMOSO DESCONECTADO. Una categoría amplia, pues lo mismo involucra a gente que se metió a una red social para después dejarla casi abandonada (Ryan Gosling), quienes ni siquiera meten las manos en su cuenta, y mejor le delegan la administración de la misma a su publicista. Eso por no mencionar a quienes ni siquiera se molestan por aclarar si están o no en las redes, claro.
LO BUENO: Hay famosos que son más interesantes cuando callan. Principalmente porque suelen escribir pura estupidez cuando se animan a participar. Sí, les estamos hablando a ustedes, hijos de Will Smith.
LO MALO: Seguir a tu estrella preferida que ha publicado 20 tuits desde el 2009 en espera de que un día “se decida a regresar a las redes” puede ser más frustrante que entretener ideas de que la persona que te rompió el corazón regresará a tu lado, presa del arrepentimiento.
FAMOSO NARCISISTA. Una palabra: selfies. Y sabes que siempre saldrá espectacular en todas las fotos, generalmente porque se las toma alguien más (hecho que derrota todo el concepto de la selfie, por cierto). Esta clase de usuario no escribe gran cosa en sus redes, pues sabe que una imagen vale más que mil palabras. Y si esa imagen viene reforzada por los servicios de un entrenador personal, un nutricionista y un cirujano plástico de primer nivel, mejor aún.
LO BUENO: Ayuda a detectar niveles de inseguridad en tus celebridades favoritas, bajo la lógica del refrán que dice “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.
LO MALO: Ese recordatorio constante de que deberías volver al gimnasio. O siquiera dejar de cubrir todo lo que te comes con queso derretido.
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FAMOSO AUTÉNTICO. Son apariciones ocasionales y dignas de admirarse, como un arco iris doble, pero es un hecho de que existen. Estos famosos sí te recuerdan de vez en cuando de lo que hacen para ganarse la vida, pero también saben divertirse con las redes. Comparten temas interesantes, fotos que nos muestran sus facetas más amables y pensamientos honestos sobre lo que les preocupa. Y por encima de todo suelen ser divertidos. Ellen DeGeneres, Anna Kendrick, Carlos Ponce, Chrissy Teigen y Miley Cyrus entran en esta categoría.
LO BUENO: Ver ciertos aires de normalidad en este ambiente es algo por demás bienvenido.
LO MALO: Son tan raros de ver como a Donald Trump cantando acompañado de mariachis.
FAMOSO DESASTRE. Las cuentas que más que un medio de promoción en redes sociales parecen gritos desesperados en busca de ayuda. Sobran los casos tristes como Lindsay Lohan, Alejandra Guzmán, Shia LaBoeuf o Justin Bieber, y aunque algunos de estos famosos encuentran la recuperación más adelante, son las excepciones a la regla.
LO BUENO: Al lado de ellos, muchas de tus malas decisiones y metidas de pata no lucen tan mal.
LO MALO: La gente en redes suele estar más preocupada por burlarse de estos casos que de procurarles ayuda.
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