Fue un beso inocente que enfureció a muchos.

Se trata de la actriz iraní Leila Hatami, quien, la semana pasada, le dio un beso en la mejilla a Gilles Jacob, el director del Festival de Cine de Cannes, y ahora ciertos miembros de grupos islamistas fundamentalistas exigen que sea sentenciada a 10 años en prisión y que sea flagelada en público.

Leila, conocida por su trabajo en la película ganadora del Oscar “A Separation,” es la primera mujer iraní que es parte del jurado del festival, junto a nuestro querido Gael García Bernal, Sofia Coppola, entre otros.

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Ahora la controversia sobre el beso que sucedió ha enojado muchos en su tierra natal. Un grupo de mujeres le escribió una petición al ministro de cultura y medios de comunicación de Tehran diciendo:

“Le pedimos que la actriz Leila Hatami sea sentenciada a diez años de cárcel y flagelación. Nos referimos al artículo 638 del Código Penal Islámico, que considera el castigo para quienes cometen un pecado en público. Leila Hatami, quien es una personalidad pública amada en nuestra nación islámica, no observó el vestuario islámico apropiado [muchos alegan que debería haberse cubierto el cabello totalmente, no parcialmente] e intencionalmente y con pleno conocimiento de sus acciones, se ofreció para besar a un hombre no musulmán extranjero.”

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Otros periódicos y medios de comunicación la acusan de burlarse de la cultura de su país y el Ministro de Cultura Islámica Hossein Noushabadi dijo formalmente en un comunicado:

“Las mujeres iraníes, artistas y no artistas, siempre han sido un símbolo de pureza y castidad. Las cosas inapropiadas que pasaron en el festival de Cannes no son conforme a nuestras creencias religiosas.”

Muchos se ofendieron por la forma en que se comportó — según ellos como una persona occidental e ignorando las costumbres de su religión.

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Esta mañana la actriz escribió una disculpa a la organización de cine de Irán que lee, “Lo siento por herir los sentimientos de las personas.” Continuó explicando que Jacob, de 83 años, “había olvidado las reglas mencionadas, que sucede con la vejez.” Y agregó, “En mis ojos, sin duda es como un abuelo que también nos invitó a su hogar.”

Por su parte Gilles Jacob también explicó lo sucedido en Twitter, diciendo, “Fui yo quien besé a la Sra Hatami. En ese momento ella representaba para mí todo el cine iraní. Después volvió a ser ella misma.”

¿Qué piensas de esta controversia?

 

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