Descrito por sus colegas como una persona con integridad, mente positiva y apasionado de su trabajo, David Carr, un ícono del periodismo, murió a los 58 años.

El columnista de The New York Times colapsó en las oficinas del prestigioso periódico en Manhattan la noche del 12 de febrero, horas después de haber modificado un panel sobre el documental “Citizenfour”.

Carr comenzó a trabajar para New York Times como reportero en 2002, su columna de los lunes “The Media Equation” se convirtió en una de las más leídas de la publicación donde Carr hablaba sobre las redes sociales y la televisión aunque no se alejó de la cultura Pop ya que aportaba en con su otra columna “The Carpetbagger” donde escribía sobre “noticias sin significado” que salían de las alfombras rojas.

Carr era sin duda alguna respetado y admirado por sus colegas y está por demás decir que se consideraba una autoridad en el oficio del periodismo. “En un mundo donde periodistas pueden llegar a ser malos entre ellos mismos, David siempre creía en el periodismo y su poder”, escribió un ex compañero de Carr, Nate Silver, en su página de Facebook.

Mientras que su colega Nicholas Kristoff dijo: “David era un columnista admirado en la profesión. Creo que eso es en parte porque la industria de las noticias siempre está batallando encontrar su lado humano y David siempre ejemplificó ambas: integridad y humanidad”.

Otros famosos y periodistas reaccionaron a la muerte del periodista:

There aren't enough words in the English language to describe you, David Carr. A brilliant journalist, memoirist, humorist, foodie. Devoted husband, father and friend. My admiration for your work is only rivaled by my gratitude for your fierce friendship. Champion of underdogs and wild ones, an advocate for justice in all forms, an adventurous spirit, the best person you could ever hope to share a meal with. Your beautiful wife and daughters are evidence of your all encompassing love. Your commitment to your work was astonishing to behold and to see you at the Times was to see a person truly living their purpose. I will never stop reaching for the qualities you embody: brutal honesty, utter integrity, passion, loyalty, wit. I love you forever and always my beautiful friend. My heart is breaking. Your pain was poetic and your joy palpable. This is the last photo I sent you, when I happened on your face big in YOUR paper. This is how your most recent email to me ended: "home in front of a fire after a lot of running around. so, so glorious." Rest in peace DC.

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En este oficio, tenemos mucho que aprender de Carr pues la integridad nunca se debe perder, sea quien seas. Descanse en paz, David Carr.

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