En la entrega de los premios Emmy 2016 fuimos testigos de muchos momentos interesantes. Pero sin duda, tenemos que mencionar dos que resaltaron: la apuesta de la industria de TV por promover la diversidad y la bienvenida a nuevas generaciones de actores que se alzaron con las estatuillas más preciadas. Y si algo sabemos de estas ceremonias, las novedades o sorpresas no son exactamente los adjetivos que usaríamos para describir a la noche más importante de la televisión estadounidense.
Por supuesto que el tema recurrente de la noche fue el político. El nombre de Donal Trump se mencionó en repetidas ocasiones; muchos de los famosos aprovecharon la oportunidad para vocalizar sus preferencias y opiniones en contra del candidato presidencial. Y es lógico, porque la industria del entretenimiento, en especial la televisión, juega un papel clave en la dinámica social estadounidense.
Ya está más que discutido y sabido el complicado momento que vivieron los premios Oscar 2016. La controversia del #OscarsSoWhite puso al descubierto una vez más la recurrente problemática de género y racial de la industria cinematográfica. Es por eso que lo visto durante los Emmy, es sin duda un contraste cuasi radical de lo presenciado en febrero durante la premiación más importante de la industria cinematográfica.
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La realidad del mundo de la TV, y ahora del streaming, es que cuenta con una mezcla heterogénea de artistas, productores y creadores que han encontrado en la diversidad, historias y personajes capaces de ser exitosos en sus propios nichos. Los premios Emmy parecen haber consolidado la corriente de la inclusión demográfica, en todas sus variantes – edad, raza, género, etc. Si no pregúntenle a Maggie Smith, quien a sus 81 años ganó el premio a la mejor actriz secundaria en una serie dramática.
Por ejemplo, el premio al mejor guión de comedia fue para Kelvin Yu y Aziz Ansari (Master of None), ambos de origen asiático. El tema transgénero, muy debatido en la sociedad estadounidense, también tuvo su reconocimiento, Jeffrey Tambor (Transparent) ganó el premio al mejor actor de comedia. Los actores de la raza negra no se fueron con las manos vacías, Regina King (American Crime), Sterling K. Brown y Courtney B. Vance (The People vs. OJ: An American Crime Story) también fueron galardonados.
Ahora, aunque vimos como diferentes comunidades han logrado representación en los programas de mayor audiencia, tanto TV como en los servicios de streaming, preocupa la fatal de presencia de la comunidad latina. ¿Podemos hablar de una verdadera representación cultural en los Emmy, sin la presencia de los latinos? Es preocupante saber que ningún actor latino fue nominado a los premios más importantes. Y aunque, si hubo algunas nominaciones en otras categorías, como la de Anthony Mendez (Jane the Virgin) o Oscar Núñez (The Crossroads of History), no llegamos a más de diez nominados en total. ¿Falta de personajes y oportunidades tal vez?
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Las dos grandes sorpresas fueron el actor de origen egipcio Rami Malek (Mr. Robot) y la canadiense Tatiana Maslany (Orphan Black) quienes se alzaron con el premio al mejor actor y actriz en una serie dramática. Ambos artistas conforman una nueva camada de actores jóvenes los cuales comienzan a ocupar sitiales de honor en la TV. Maslany es una de las pocas actrices liderando una serie donde el personaje principal es una fémina.
En conclusión, los Emmy fueron una premiación refrescante, y a pesar de no contar con una nutrida presencia latina, vemos como la televisión ha parcialmente reivindicado su rol de promotor social reflejando de una manera más equitativa la realidad demográfica de los Estados Unidos. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero por algún lado se empieza.
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