Nota del editor: Con esta, su primera crítica para Variety Latino, le damos la bienvenida a nuestro amigo Jack Rico, comentarista experto de cine y el creador del portal ShowbizCafe.com.

A través de su propio blog aquí en Variety Latino, “Lente Latino,” podrás leer una toma real de todo lo que sucede en Hollywood, con un enfoque hacia el cine. Lo que puedes esperar son artículos relevantes, informados, inteligentes, y divertidos, que no le temen a nada ni nadie.  Es importante aclarar que aquí en Variety Latino no siempre vamos a tener la misma opinión que Jack sobre cada tema, pero precisamente “allí está el detalle,” como diría el mismísimo Mario Moreno. Lo que queremos es tener una buena conversación con él y con ustedes, nuestros lectores. Al fin y al cabo todo lo que hacemos es con ustedes en mente.

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Arrancamos con “Cantinflas,” en cines este viernes 29 de agosto. 

¡Bienvenido, Jack!

Uno de los géneros cinematográficos más difíciles de realizar para cualquier director es el “biopic” o película biográfica, especialmente cuando se trata de un ídolo venerado como Cantinflas. Su inmenso reto radica en tener que recrear aquellos momentos transcendentales del artista con la misma gracia y magia de su ayer y esperar que la recreación no deshonre su nombre. Intentar captar ese mismo encanto una vez más usualmente resulta en una experiencia decepcionante — recordemos lo ocurrido con “César Chávez” de Diego Luna.

En mi opinión, el filme “Cantinflas” del director y guionista mexicano Sebastian del Amo, también resulta desilusionante.

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Usando como trasfondo la película “La vuelta al mundo en 80 días”, del Amo escoge enfocarse en la etapa de la vida de Mario Alfonso Moreno Reyes, desde cuando descubre a su icónico personaje Cantinflas en las carpas a mitad de la década de los 30, hasta ganar el Globo de Oro en la categoría de Mejor Actor de musical o comedia en 1956. También vemos un recorrido de sus más importantes clásicos cinematográficos como “Ahí está el detalle”, “Ni sangre ni arena”, “El gendarme desconocido” y “Un día con el diablo,” entre otras.

Técnicamente la película de del Amo está bien elaborada. Vestida y ambientada en una magnifica cinematografía de Carlos Hidalgo; los visuales y la atmósfera de la época dorada del cine mexicano saltan de la pantalla. El guión, escrito por Edui Tijerina y el director Sebastian del Amo, ofrece información detallada sobre el origen del nombre “Cantinflas”, los datos angustiosos de porque no pudo tener hijos con su esposa Valentina y como la fama lo cambió.

La interpretación del español Óscar Jaenada como Cantinflas solo puede describirse como deslumbrante. La elección de Jaenada, que inicialmente causó una controversia debido a que no era mexicano, fue la correcta. Desde su parecido físico, sus gestos, hasta su forma de hablar, Jaenada logra convertirse en Cantinflas delante de nuestros ojos y es fascinante ver.

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Al filme no se le puede criticar el empeño y la calidad del equipo entero en regresarnos al genesis de Cantinflas a través de la magia del cine, pero cuestiono el impacto emocional del producto. Las escenas, aunque bien compuestas, no se le sienten el pulso. Las razones pueda que se encuentren en el poco cuidado de los personajes secundarios quienes no ofrecen casi nada fuera de ayudar a propulsar al personaje de Cantinflas hacia delante. No es ningún secreto que cuando esto ocurre la desconexión emocional entre público y pantalla es inmediato.

Un buen drama necesita de un buen conflicto y si las emotivas escenas del filme pudiesen haber cargado más intensidad y de darle a los actores riendas sueltas para lucir sus aptitudes artísticas, entonces quizás estuviésemos hablando de un filme más íntegro. Muchas de las escenas se sintieron efímeras y me pregunto ¿porqué no fueron ampliadas para crear un vínculo más fuerte con la audiencia?

Cuando comparas este filme con otros de su género como “Che” de Steven Soderbergh, “Malcolm X” de Spike Lee, o “Capote” de Bennett Miller, del Amo no logra infundir su cinta con el mismo peso dramático que caracteriza esos filmes.

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Dice un viejo refrán que “recordar es volver a vivir”, y aunque este filme me hizo recordar a Cantinflas, que pena que no pude vivirla más allá de los limites de esta modesta cinta.

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