La lucha libre mexicana era sinónimo de un mundo machista, hasta que llegó Saúl Armendariz, o mejor conocido como Cassandro o “El Exótico”, quien cambió el panorama.
Todos reconocemos los nombres de los luchadores que se han convertido en leyendas como “Blue Demon” o “El Santo” pero “El Exótico” también tiene igual o hasta más valor que cualquiera de esos luchadores.
¿Por qué? Porque su historia es una inspiradora ya que a pesar de ser bullied y discriminado por muchísimos años por ser gay, el nativo de Ciudad Juárez superó sus miedos y no dejó que nadie ni nada lo impidiera de cumplir sus sueños de ser un gran luchador, y lo hizo muy a su estilo.
“Por muchos años, la gente, los fans, promotores y los luchadores veían a los exóticos como lo más bajo, como si no significáramos nada. Sólo estábamos ahí para que la gente se burlara de nosotros”, dice Cassandro en una entrevista con Fusion.
Ahora Cassandro se sube al ring para representar a aquellos luchadores que también les gusta el mundo del glamour y portar vestuarios con diamantes.
Aunque el transcurso de su entrada al mundo de las luchas fue difícil, ya que muchos homofóbicos lo querían ver muerto, se ha mantenido en este deporte extremo por más de 25 años y se ha convertido en un pionero para otros luchadores gays (y no gays) en México.
“Al principio de mi carrera gritaban desde las gradas ‘maten a ese p**o,’ pero yo me encargaré de que se haga respetar el nombre de los exóticos”.
Y es que ahora él quiere servir como inspiración para otros entusiastas de la lucha libre que quieren ser parte de ese mundo porque él encontró ese apoyo en otros luchadores a quien él admiraba.
Cassandro ahora sirve como mentor y entrenador y ofrece sesiones gratis para luchadores principiantes y confiesa que se siente bendecido de poder inspirar a otros y ser un ejemplo para ellos.
“Me amo a mí mismo, mi pelo, todo – me amo. Tengo que. Sólo sé que soy un ser humano hermoso y que ser gay es un regalo de Dios”.
Para la entrevista completa, video y más fotos entra aquí.
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