Un nuevo reporte indica que en el procedimiento quirúrgico que causó la muerte de Joan Rivers se cometieron numerosos errores.
De acuerdo al más reciente informe del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Nueva York sobre el Yorkville Endoscopy Center, donde Rivers fue a practicarse una endoscopia, a la comediante no le dieron la dosis apropiada del sedante Propofol durante el procedimiento.
Los documentos indican que a Rivers no la pesaron antes de aplicarle dicho sedante, un procedimiento necesario para saber qué cantidad hay que administrarle al paciente.
Adicionalmente el reporte indica inconsistencias sobre la cantidad de la dosis del sedante que le fue dada a Rivers, ya que el computador de la clínica indica que habrían sido 300ml, pero un anestesiólogo del centro habría dicho que solo habrían sido 120ml.
Además de este error, el reporte encontró que Rivers no había consentido para todos los procedimientos que le fueron realizados, que el personal de la clínica que la estaba operando no habría notado el descenso del oxigeno en la sangre de Rivers antes de que dejara de respirar, y que un médico sin autorización para realizar procedimientos en dicho lugar, habría participado de la cirugía.
De acuerdo a un reporte de Los Angeles Times, los abogados de Melissa Rivers, hija de la fallecida comediante, indicaron en un comunicado que su cliente se encuentra “indignada por la mala conducta y mala gestión” de la clínica y que se asegurará de que “lo que le pasó a su madre no le ocurra a otro paciente”.
Rivers falleció el pasado 4 de septiembre, a consecuencia del procedimiento que le realizaron en el Yorkville Endoscopy Center el 28 de agosto.
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