Los remakes y secuelas de grandes presupuestos en Hollywood llegaron para quedarse. Es una invasión, un fenómeno que viene pasando desde hace unos cuántos años en la industria. Parece que los resultados son tan positivos que los grandes estudios prefieren garantizar el éxito antes de darle un voto de confianza a la creatividad y contenido novedoso.
¿Y quién los puedes juzgar? Al final del día, el cine es un negocio que necesita ser próspero para poder mantenerse a flote. Pero más allá de las justificaciones financieras, la pregunta que nos hacemos es si una de las industrias más rentables de los Estados Unidos le teme acaso al fracaso taquillero, si se ha quedado sin ideas, o si tratan simplemente de jugar seguro.
En los últimos años hemos visto resurgir sagas muy exitosas como Star Wars, Jurassic Park, entre otras. También los remakes han ganado territorio, como lo fue Mad Max: Fury Road (arrasando con los premios Oscar), The Fantastic Four, Point Break, etc. Es una especie de reciclaje generacional. Películas muy conocidas que tienen como objetivo calar en los grupos más jóvenes, y por qué no, conquistar a nuevas audiencias.
Usualmente, la película que precede a la adaptación es mejor aceptada. Pero a pesar de esto, Hollywood ha logrado dar en el blanco con la fórmula correcta y lucrativa para darle continuidad a las películas célebres.
¿Lo que fue exitoso en el pasado, lo será también en el presente? Para Hollywood, sí; no hay duda. Saben que lo que generó atención, taquilla y ganancias, vuelve a funcionar. ¿Falta de creatividad? Honestamente, la persona que crea que en la industria del cine se acabaron las ideas, está confundida. Lo que sobran son las ideas, lo que falta es la voluntad de los estudios de continuar apoyando películas originales.
En 2015, los fracasos de estas películas fueron un duro golpe para los productores y los estudios en Hollywood. Solo por nombrar los más resaltantes, tenemos Tomorrowland, protagonizada por George Clooney. Este proyecto que, si bien fue una película muy entretenida, la taquilla no logró recaudar lo esperado. Disney perdió dinero, se dice que más de $140 millones de dólares. Una vez más, las películas de franquicias son las grandes triunfadoras como lo fue Hunger Games o el propio James Bond. A compañías como Disney no les ha ido muy bien cuando deciden darle la oportunidad a nuevos filmes.
Otro caso muy mencionado, es la cinta protagonizada por Julianne Moore, The Seventh Son de Universal. El film pasó por todo tipo de problemas y retos. En la taquilla les fue muy mal, y desde el punto de mercadeo, peor. Tuvieron la genial idea de estrenarla a principios de 2015 cuando la tercera entrega de la trilogía de The Hobbit, estaba lista para ser lanzada.
No todos los remakes y secuelas salen triunfantes, pero vale la pena arriesgar más en ellas que en cualquier otro tipo de película. Así lo ha decidido Hollywood. En 2016, la lista de cintas a estrenarse que forman parte de este grupo es extensa. Se habla de más de 107 películas en proceso, entre las que se encuentran, Ben-Hur, Jumanji, Poltergeist, y The Crow. También se rumorea que American Psycho, Dirty Dancing y The Bodyguard formarán parte de esta lista.
Es difícil que Hollywood abandone los hábitos que ha desarrollado últimamente de favorecer a las franquicias, es una fórmula que funciona. Pero también sabemos que la industria buscará diferentes maneras de diversificar y crear oportunidades para otro tipo de películas. Sería un gran error cerrarles las puertas a la creatividad.
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