Netflix
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Y pensar que todo comenzó como un servicio para rentar DVDs por correo…

La reciente valuación de Netflix, situada en una cifra que ronda los 50,000 millones de dólares, podría parecer a muchos como un número inflado ante la posibilidad de que la empresa que reina en el streaming. Lo cierto es que es difícil determinar su apego a la realidad en un medio que no termina por definir su identidad.

La distribución de contenidos en línea no es precisamente una iniciativa novedosa, pero es claro afirmar que la era presente es la que al fin nos ofrece la alternativa real a la televisión convencional. Los anchos de banda y las conexiones de fibra óptica tienen mucho que ver en el aspecto técnico, pero a final de cuentas lo que mueve la aguja hacia lo que resulta atractivo para el consumidor es la oferta mediática.

En ese sentido Netflix lleva una clara delantera. Los experimentos nacidos de House of Cards y Orange Is The New Black se han tornado en un auténtico alud de programación para todos los gustos. Más de 600 horas de material original fue producido por la empresa en el presente año, y ya se anunció que los planes para el 2017 elevan esa cifra a más de 1000 horas totales.

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El éxito de apostar por contenido original se refleja en el entorno competitivo. Hay algunas lecciones valiosas en torno a este interesante ambiente donde los creadores vuelven a tomar el control que se había cedido a mercadólogos, que a su vez nos permiten conocer a los pretendientes al trono:

  1. La experiencia es apreciada, pero no obligatoria. Así como Netflix empezó rentando DVDs, podríamos argumentar que Amazon tuvo sus inicios vendiendo libros. ¿Cómo saltó esa empresa de competir con Barnes & Noble a ganar Emmys por sus series originales? Accediendo a la experiencia de que muchas personas tienen necesidad de crear, y que están dispuestos a buscar sinergias con quienes pueden distribuir sus creaciones. Amazon ofreció los servicios para que cualquier persona publicara y vendiera sus propios libros, así que no es coincidencia que hayan trasladado ese modelo a sus ramas de Amazon Prime y Amazon Instant Video, con ofertas que incluyen ver al ganador del Golden Globe Gael García Bernal en Mozart In The Jungle, la ambiciosa adaptación distópica The Man in the High Castle, el sitcom Catastrophe del comediante Rob Delaney o la brillante comedia transgénero Transparent, con la galardonada presencia de Jeffrey Tambor. Se puede argumentar que todas estas producciones ofrecen algo novedoso, desde el ángulo de las tramas respectivas hasta el uso de actores que no solían ser protagonistas de éxitos probados.
  2. Los presupuestos reducidos obligan a apostar por historias. Hulu Plus se aventuró a gastar dinero en 11.22.63, el drama de ficción histórica basado en la obra de Stephen King y con James Franco como protagonista, a sabiendas de que la historia no podía extenderse más allá de sus ocho episodios… pero merecía ser contada. Esta compañía también ha rescatado series que perdieron lugar en TV abierta como The Mindy Project de la cadena Fox, una idea original de Mindy Kaling. Y otra de sus comedias, la muy recomendable Difficult People, es un híbrido de Seinfeld y Sex And The City que gana adeptos con cada nuevo guión lleno de sarcasmo e ironía.
  3. Los gigantes no suelen reaccionar con rapidez. Si estás esperando leer sobre alguna propuesta ambiciosa y original por parte de líderes en distribución de contenido de la talla de un iTunes o un Google… sigue sentado. Estas empresas no han revelado nada interesante en ese entorno, pues el negocio redondo que actualmente favorecen no les ha movido en esa dirección. Sin embargo se rumora acerca de planes respecto a la creación de contenido propio en próximas fechas, y sin importar lo que tengan en mente puedes estar seguro de que será algo grande.
  4. Ensayo y error, una norma que sigue en pie. No todo lo original genera éxito instantáneo. Hay que llevar a cabo múltiples experimentos hasta encontrar algo en lo que se pueda basar una plataforma de contenido nueva. Crackle aprendió lo anterior con la fallida (pero interesante) propuesta de Trenches, y más recientemente con Chosen. La moneda está en el aire con StartUp, que mostró facetas intrigantes con los personajes de Adam Brody y Martin Freeman, pero cuya relevancia con el público aún debe estudiarse de cara a una segunda temporada.

Es claro que las propuestas existen y que la tendencia es a verlas crecer. La clave parece ser el tener una mente abierta para la innovación, algo que Netflix debe conservar a toda costa… y que sus competidores deben adoptar cuanto antes, en vez de conformarse con reaccionar ante lo establecido.

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