La música popular del nuevo milenio puede estar finalmente tranquila. La Princesa del Pop, Britney Spears ha regresado para recuperar el tiempo perdido. Un nuevo álbum Glory y una serie de conciertos, los cuales forman parte de su residencia en Las Vegas, son parte del renacer de esta consagrada artista.
¿Es esta nueva etapa de la cantante realmente el esperado regreso triunfal? Si nos apegamos a los hechos, todo parece indicar que estamos ante otra conquista musical. Verdaderamente que lo de Spears es todo un fenómeno. El debut de su nuevo álbum obtuvo el puesto número 5 del Billboard Top 200. Y Glory, ya es número uno en más de 50 mercados internacionales.
Bastó con que la cantante presentara su nuevo sencillo Make Me, junto a G-Eazy en los MTV Video Music Awards para ocupar el segundo lugar en iTunes. Es decir, la Princesa del Pop, vuelve a sus andanzas donde parece que todo lo que toca se convierte en oro. Y sin más, logra colarse nuevamente en los puestos de gloria de la música popular internacional.
Gústele a quien le guste, con sus altos y bajos, Spears es un ícono del Pop. Es una artista multi-platino, también ganadora de los premios Grammy, y con un historial de ventas mundiales que es la envidia de muchos cantantes: 100 millones de álbumes vendidos. ¿Queremos más?
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Pero como todo lo que brilla no es oro, el regreso de Spears a los escenarios ha traído polémicas. Si bien es considerada la Princesa del Pop, también la podríamos llamar “la diva del playback”. ¿Más de lo mismo? Spears no lo considera un regreso ya que, para ella, nunca se ha retirado del todo. Lo que está viviendo la cantante es un proceso de renovación.
Pero con todos estos logros en puerta, la ex de Justin Timberlake parece no ser capaz de superar sus viejas y recurrentes prácticas en el escenario: el tan criticado playback. Su presentación en los MTV VMAs fue más de lo mismo. Claro todo al muy estilo Spears. Y honestamente, por qué sorprendernos o sentirnos ofendidos por tal práctica, muy habitual en ella. Es obvio que sus seguidores y las más de 100 millones de álbumes vendidos no tienen nada en contra de esto.
Es más, para quede aún más claro, la crítica no ha parado de elogiar su nuevo trabajo musical. Rolling Stone la considera una verdadera visionaria del Pop, y su álbum Glory es otro regreso fantástico de la cantante quien nunca se conformó con un tercer álbum – ya va por el noveno. The Gurdian lo califica de un triunfante regreso. Mientras que la revista People lo describe como una bendición caída del cielo Pop.
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Entonces cuando vemos todo el apoyo recibido, no solo de los críticos musicales, sino también de sus fans, quienes han apoyado 20 años de carrera, nos cuesta creer que la artista no haya evolucionado. Tal vez su música sí, pero cuando vemos sus presentaciones en vivo, parece que estamos ante un fenómeno atemporal. La misma de siempre, su imagen, físico, actitud, en fin, nos transporta a lo retro. Por eso cuando la comparamos con artistas como Christina Aguilera, Miley Cyrus o la misma Beyoncé, nos cuesta trabajo ver la evolución artística de Spears. Parece ser la misma de siempre, la sexy e irreverente Princesa del Pop.
¿Es el regreso de Spears más de los mismo? En realidad, la cantante es quien es gracias a sus logros y talento. Lo de playback es algo inherente en ella, que más allá de las críticas es parte de su carrera. El apoyo de sus fanáticos continúa, su música se internacionaliza cada vez más, sigue vigente, y vender álbumes no parece ser ningún problema. Sí, su regreso es más de los mismo, desde todo punto de vista. Por los éxitos, las ventas y playback también.
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