Estamos a tres episodios del final de la primera temporada de Westworld. Trompe L’Oeil es solo el comienzo de lo que esta recta final nos tiene preparados. ¿Cómo describirlo? Primero, la historia da un giro de 300 grados. Segundo vemos un cambio casi radical de la narrativa. Comienzan las muertes de los humanos a manos de los hosts y se confirma una de las teorías de los fanáticos.
Spoilers a continuación…
Bernard, el host clandestino – Teoría de los fanáticos se confirma
Sabíamos que era cuestión de tiempo que algún personaje humanoide de la trama podría ser un host clandestino. Desde sus comienzos, los fanáticos de Westworld tenían sus sospechas. La teoría mostraba al empedernido Bernard (Jeffrey Wright), mano derecha de Dr. Robert Ford (Anthony Hopkins), como una de las posibles opciones.
¿Adivinen qué? Aunque tuvimos que esperar casi hasta el final de episodio 7, Bernard resultó ser el host infiltrado. Toda la historia sobre su hijo muerto, las conversaciones con su esposa, entre otras anécdotas de su vida, son tan falsas como el rencor que el personaje de Teddy (James Marsden) siente contra Wyatt.
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Lo interesante de todo es que Bernard no tiene idea de que es algo más que humano. La escena donde nos damos cuenta que es simplemente un host – al parecer uno de los consentidos de Ford – es clave. Después de un momento de incredulidad al saberse androide, hace un movimiento abrupto cuando Ford le ordena reducir su capacidad emocional y luego matar a Theresa (Sidse Babett Knudsen). Y en lo que parece ser una de las escenas más violentas de la temporada, así como si nada, el ahora host cumple con la misión dada por el director del parque.
Preguntas por respoder: ¿Es Bernard un host de primera o segunda generación? ¿ ¿Es el único host infiltrado?
Ford es malo, muy malo
Ford es una especie de dictador que se cree Dios y también es capaz de llegar hasta lo más lejos con tal de proteger su legado. No es un creador santurrón como se nos pintó en los primeros episodios. Ordenó asesinar a Theresa sin ningún tipo de remordimiento. Pero antes le dice, “los anfitriones no pueden ver las cosas que les harán daño – les he salvado eso”, dice Ford. “Sus vidas son dichosas, en cierto modo, su existencia es más pura que la nuestra, liberada de la carga de la duda misma”. Todo esto refiriéndose a que los hosts son libres por no tener conciencia.
William parece gustarle demasiado la compañía y el parque temático
Aunque William y Dolores representan dos mundos y aspiraciones divergentes, ambos parecen complementarse. Por un lado, William disfruta de la sensación de libertad. Para Dolores es lo opuesto porque no quiere vivir en una historia. William expresa su deseo de permanecer dentro de Westworld. Esto podría ser parte de una de las teorías de lo fanáticos. La misma que dice que William se convertirá en The Man In Black, y no tiene planes de salir nunca. Y de ahí la obsesión con dolores y The Maze.
Maeve se quiere escapar del parque
Después del horror de ver a Clementine (Angela Sarafyan), pasar por la lobotomía con un taladro en su nariz y presenciar cómo los hosts son desmantelados, Maeve (Thandie Newton) decide ir más allá de los límites. Afectada por lo visto, la host más empoderada de Westworld vuelve a hacer de las suyas.
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En una escena con su dúo favorito, Felix (Leonardo Nam) y Sylvester (Ptolemy Slocum), Maeve les ordena ayudarla con su próximo paso. Su plan es que la saquen de Westworld. Y el dueto trata de explicar por qué esto es una misión suicida. Resulta que el API de los hosts vale oro y nunca dejarían que ésta saliera de los límites del parque. La propiedad intelectual parece ser el arma de poder más valiosa fuera del submundo Westworld.
Pero inmune a las amenazas, Maeve parece no importarle y la misma dice,”Al principio, pensé que eran dioses. Pero ustedes son solo hombres y los conozco… ¿Crees que le tengo miedo a la muerte? He muerto un millón de veces, soy jodidamente buena. ¿Cuántas veces te has muerto?”, dirigiéndose a Sylvester.
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