Todo sueño es importante, no importa
Lionsgate

Si alguien me pregunta de qué se trata “Spare Parts” les diría que es una historia de héroes, y no precisamente de aquellos que vuelan o tienen súper poderes, sino de los héroes humanos que sueñan, luchan, inspiran y motivan.

Esta película en cierta forma es personal porque yo, como probablemente muchas otras personas, me puedo identificar con esta historia pues en algún momento de mi vida también fui esa estudiante con sueños “inalcanzables”.

La cinta, basada en una historia real, trata de cuatro jóvenes estudiantes latinos que son nuestros héroes: Oscar, Cristian, Lorenzo y Hector de Phoenix, Arizona quienes entran a una competencia de ingeniería donde tienen que construir un robot acuático, enfrentándose ante universidades como MIT y Virginia Tech.

A pesar de ser considerados como los “underdogs” del concurso se arriesgan a soñar en grande ya que cuentan con el apoyo de su maestro Fredi Cameron (George Lopez), la única persona que se atrevió a creer en ellos cuando nadie más lo había hecho.

Los cuatro chavos también son inmigrantes indocumentados y aunque quisiera decir que ese dato es irrelevante en la historia, desafortunadamente no lo es, ya que estos genios viven con el miedo de ser atrapados por ICE. Su crimen: ser estudiantes que no contaban con un simple papelito de nacionalidad.

Aunque comprobar una nacionalidad no era necesario para entrar a la competencia, en su vida personal cada uno lidiaba con asuntos de inmigración. Ya sea de haber sido separados de sus familias porque sus padres fueron deportados y/o ellos corrían el mismo riesgo de serlo. De alguna manera u otra, el gobierno quería a estos soñadores fuera del país …

Y es que lo que vemos en “Spare Parts” no es algo ficticio o exagerado, de hecho esta es la vida de un sinnúmero de dreamers que viven en Estados Unidos. Los dreamers son aquellos estudiantes inmigrantes quienes llegaron a este país norteamericano de niños y a pesar de haber vivido aquí la mayoría de su vida se les cierran las puertas por no contar con ciudadanías o visas.

Luego de ver la película me pregunté: En esta sociedad, ¿qué tanto importa la nacionalidad del soñador? ¿No es válido el sueño del inmigrante por no contar con ciertos documentos? Sé y confío que no soy la única ni la primera en hacerse esta pregunta, creo…

Lo cierto es que por décadas este ha sido un tema de mucha controversia pues políticos argumentan si aquel joven inmigrante soñador debería tener las mismas oportunidades que un ciudadano.

Por fortuna, existen legislaciones como el Dream Act que rinde permisos a ciertos jóvenes indocumentados para seguir estudiando cuando se hayan graduado de la secundaria. Es decir les permite atender un colegio y obtener un título de una universidad.

El que vea esta película entenderá que si no damos luz a este tipo de historias los estereotipos de latinos y de otros “underdogs” continuarán y nuestros talentos seguirán desapercibidos. Porque esta es la gente que en realidad compone el país estadounidense.

He escuchado a varias personas decir que esta película se trata sobre el “American Dream” … Propongo algo, dejemos de atar una nacionalidad a un sueño y ya no usar la frase “The American Dream”. ¿Qué tal si mejor le ponemos “The Human Dream”?

No se pierdan “Spare Parts” en cines este 16 de enero. Les prometo que los hará soñar y saldrán del cine creyendo en la humanidad otra vez.

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