Existen tres grandes protagonistas en el Hollywood de hoy: los actores de fama, las grandes franquicias y los ingresos lucrativos que éstas generan. Pero si le preguntamos a los estudios quién es más importante, la respuesta parece favorecer a las franquicias y sus ingresos.
Más allá de si este es el camino correcto o no, las franquicias han perdurado en el tiempo, y las más exitosas generan inmensas fortunas. La industria del cine siempre ha pasado por diferentes etapas, pero ésta, en específico, se encuentra caracterizada por un catálogo extenso de secuelas, sagas y spin-off, entre otros. Sin duda que los actores dependen de ellas y viceversa, pero al final las franquicias prevalecen por encima de los actores.
Las franquicias también son máquinas de hacer dinero, y mayormente su rentabilidad es más por la marca y el nombre creado a lo largo de los años que por los mismos actores que las protagonizan. Por ejemplo, al actor Daniel Radcliffe, ¿lo podemos considerar una estrella de cine? Honestamente, es para debatir porque sus películas en solitario no han sido taquilleras. Ahora, si nos preguntamos si Harry Potter es una franquicia exitosa, sabemos que sí lo es.
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James Bond es un ejemplo claro de cómo una franquicia es próspera independientemente de la elección de los actores. Un total de 25 películas se han realizado y en cuanto al rol principal, siete actores han tenido la responsabilidad de interpretar al agente secreto más famosos del cine. Roger Moore, Pierce Brosnan, Sean Connery, y más recientemente, Daniel Craig, son algunos de los famosos que pasaron por las filas de una de las películas más rentables de la industria. La marca 007 continúa haciendo de las suyas y actualmente es una franquicia valorada en US$5 mil millones.
No hace mucho, una estrella de cine podría impulsar el estreno de una película, liderar la taquilla del fin de semana y consolidar la misma. ¿Qué pasó? Según Marc Bernardin, crítico de cine del diario Los Angeles Times, la clave de todo esto es que Hollywood ha pasado de ser una economía centrada en las estrellas de cine a una economía basada en franquicias. El nombre del actor en los créditos iniciales o en los posters ha llegado a importar menos que el nombre del personaje o la franquicia en el título.
Se podría decir que la franquicia que se lleva todos los reconocimientos, especialmente el liderazgo por la taquilla mundial, es el Universo Cinematográfico de Marvel (Marvel Cinematic Universe). Con una lista extensa de famosos, personajes y temas, ahora es que quedan películas por ver e historias para rato. Son 13 las aventuras que ha llevado Marvel a la gran pantalla y en total han logrado recaudar 9.3 mil millones de dólares.
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Star Wars, Harry Potter, The Fast and the Furious, Transformers, X-Men, Jurassic Park, entre otras franquicias famosas también han demostrado el poder económico y alcance internacional. Todas las aquí mencionadas han recaudado más de US$2 millones y cuentan con al menos tres películas en su roster.
Pero como toda regla tiene su excepción, todavía existen las estrellas internacionales, que continúan rompiendo la taquilla como Dwayne Johnson (The Fast and the Furious y Marvel), y sorpresivamente, según los expertos de la industria, los actores Melissa McCarthy y Kevin Hart parecen no necesitar de un gran título o franquicia a sus espaldas para atraer público o ser lucrativos.
La dura realidad es que el Hollywood de hoy día no necesita de una estrella de cine para hacer una franquicia exitosa. Por el contrario, la franquicia hace a las estrellas. Por eso, no nos sorprende que muchos famosos quieran formar parte del exclusivo y lucrativo club.
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