El fin de semana pasado fuimos testigos de una tragedia sin precedentes en los Estados Unidos: la masacre ocurrida en el club gay Pulse ubicado en la ciudad de Orlando, Florida, que dejó 49 muertos. Fueron momentos muy duros, sobretodo de tristeza, angustia e indignación ante lo ocurrido.
Muchos estábamos en shock con lo leído en las redes y visto en todos los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales. Y más allá del dolor que esto pudo causar, reitero, este acto totalmente inaceptable, vemos cómo las reacciones de las personalidades más representativas de Hollywood no se hicieron esperar.
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Y es que ante tamaña barbarie, no podemos dejar de pensar, o simplemente pasar por alto, el rol y la responsabilidad que tiene Hollywood de continuar vocalizando y exponiendo los problemas más intrínsecos de la sociedad estadounidense; los cuales, por cierto, no son exclusivos de los Estados Unidos, también se ven reflejados en otros países y culturas.
La posición tomada por Hollywood no nos sorprende para nada, es lógica, y sobretodo necesaria, especialmente porque el poder mediático y de convocatoria de dicha industria es único y privilegiado. Ver a una Lady Gaga, en lágrimas, leyendo un discurso en pro de la comunidad LGBT y las víctimas de la masacre fue más que conmovedor pero sobretodo muy relevante, “el tiroteo en Orlando es una ataque a TODOS”, dijo la cantante y activista.
Por otro lado, vimos cómo Broadway durante los premios Tony, también hizo escuchar su voz de repudio, justo el mismo día de la tragedia, y esto fue una muestra de coraje y solidaridad. “En nombre de toda la comunidad teatral y cada persona en esta sala, nuestros corazones están con todos los afectados por esta atrocidad”, dijo James Corden, el encargado de conducir los premios. Y añadió: “Su tragedia es nuestra tragedia. El teatro es un lugar donde cada raza, credo, sexualidad y género son iguales, aceptadas y amadas. El odio nunca va a ganar. Juntos, tenemos que asegurarnos de ello. El show de esta noche es un símbolo y celebración de ese principio”,
A Hollywood le toca participar como un ciudadano más en todos estos temas que representan el lado más oscuro y complejo de los seres humanos; eso sí, como una máquina, una fuerza para concientizar a todas las partes: los legisladores, el gobierno, el sector privado y público, la sociedad civil y en fin, todos aquellos que viven e igualmente padecen las consecuencias que se derivan del odio y la exclusión social.
La reacción de los famosos antes lo sucedido en Orlando es una muestra de apoyo, pero también de lucha ante la adversidad porque el mundo del entretenimiento, las personalidades, Hollywood, la TV estadounidense, todos absolutamente todos, son responsables de influenciar las temáticas más debatidas: el control de armas, la tolerancia, la aceptación de todas las razas, el respeto por los derechos de todos (LGBT, mujeres, religiones, etc.) Tenemos que dejar los tabúes a un lado, después de lo ocurrido en Orlando, está claro que Hollywood puede usar su poder de convocatoria para concientizar a muchas personas.
Bravo por Disney que donó un millón de dólares a las víctimas y familias de las personas afectadas en Orlando, pero esto no es suficiente. Hollywood se enfrenta a conversaciones muy difíciles y complejas en cuanto a su rol en un mundo altamente conflictivo y dividido. Pero, ¿cuál es el rumbo que tomará la industria? Es hora de marcar la diferencia.
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