La industria discográfica es tan compleja como la música que produce. A través de los años, muchos han sido los artistas famosos que han confrontado problemas legales con los sellos disqueros.
Esta vez le tocó el turno a Kesha, una cántate nacida en la cuidad de Los Ángeles, quien en 2009 logró alcanzar el estrellato con su canción “Tik Tok”, la cual se posicionó en los primeros lugares en más de 10 países. El éxito abrumador llegó durante su primer año con el sello disquero Sony, y de la mano del ahora acusado y productor, Dr. Luke.
En las últimas semanas, la cantante norteamericana ha acaparado la atención de los medios y redes sociales. #FreeKesha es la bandera, el hashtag de moda. Éste es un símbolo de su lucha personal y legal contra ambos, Sony y Dr. Luke.
¿Es Kesha una víctima o no? Honestamente no somos jueces y mucho menos sabemos con exactitud todos los detalles del caso. Una cosa si es cierta, este no es la primera acusación que sale a la luz pública al desnudar las realidades de la industria musical.
¿Por qué se habla de Kesha en todos los medios? Muy simple, la ofensiva legal y la historia detrás de ella presentan todas las características de una noticia viral. Las drogas, el sexo, dinero y figuras importantes de la música, mujeres de alto perfil, como Lady Gaga, Lena Dunham y Taylor Swift, quienes le han dado un espaldarazo a la cantante, son parte de la trama.
Sin embargo, aquí existe algo más profundo, independientemente de las verdades o exageraciones de los medios. Además de ser un caso de abuso sexual, lo cual es muy grave, esta es también una denuncia por la independencia y derechos de los artistas, un reclamo a la autonomía musical.
Recordemos los casos más emblemáticos. En los años 90, se dio la mega batalla legal de Prince con Warner Music la cual fue todo un escándalo que hasta obligó al cantante a cambiarse el nombre para poder continuar haciendo música. Por otro lado, Michael Jackson fue un artista que a lo largo de su carrera experimentó todo tipo de problemas legales con las compañías discográficas. Jackson se rebeló contra el fundador de Motown Records, Berry Gordy, y decidió tomar su propio rumbo como solista. Años más tarde, a mediados de 2001, Jackson volvería a tener problemas con Sony, esta vez acusándolos de racismo.
Más recientemente, las disputas de Dr. Dre fueron también muy resaltadas. Finalmente, el rapero ganó la batalla legal contra Death Row Records. En fin, la lista es extensa, Metallica, LL Cool J, Destiny Child, Dixie Chicks, por nombrar solo algunos, han pasado las calamidades de tener que confrontar los grandes y poderoso sellos discográficos.
El caso de Kesha no es aislado porque nos muestra la dura realidad de una industria muy competitiva que también tiene su lado oscuro, y donde el éxito tiene un precio. Kesha es solo un ejemplo más de muchos artistas que logran la fama tan anhelada, pero detrás de ella, se esconde un mundo de engaños, peligros, realidades y escándalos.
Todavía tenemos en nuestra mente a aquella imagen de Kesha en el juzgado llorando tras perder el juicio contra su compañía discográfica y productor Dr. Luke, todo un simbolismo, el cual quedará para la historia del complicado mundo de las estrellas pop.
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