¿Cuándo tiene que decir adiós una
WARNER BROS

Una vez que ‘Happy Days’, uno de los sitcoms más famosos en la historia de la televisión, decidió que su protagonista Fonzie (Henry Winkler) tenía que saltar en su motocicleta sobre un estanque donde nadaba un tiburón, mucha gente lo tomó como lo que era: un intento descarado por levantar la popularidad de un programa que, apenas en su quinta temporada, parecía haber agotado sus buenas ideas.

Quienes han visto ese episodio saben lo que ocurrió después: Fonzie logró concretar el salto exitosamente, los ratings repuntaron brevemente y la credibilidad del programa nunca se recuperó. Incluso la expresión “saltar el tiburón” se convirtió al cabo de los años en una forma de definir el momento en el que una serie de TV entra en una espiral descendiente de la que no logrará escapar. ¿Lo peor de todo? Es un fenómeno recurrente.

No es extraño que las televisoras intenten extender la vida útil de sus producciones exitosas aún más allá de lo razonable. Por cada ‘Breaking Bad’ que logra contar su historia en un lapso calculado y cerrando satisfactoriamente todos los arcos dramáticos relevantes, existen decenas de producciones que se traicionan a sí mismas modificando sus fórmulas más allá de lo aceptable para el público, o quedándose estancadas en una narrativa de repetición. ¿Pero en qué momento se debe concluir una serie? He aquí una breve lista de razones válidas:

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Cuando ni tu título le hace honor a tu historia. ‘Two and a Half Men’ trataba de la vida de dos hermanos y el pequeño hijo de uno de ellos. En las últimas temporadas el hermano más carismático de esta comedia (Charlie Sheen) fue despedido, su sobrino (Angus T. Jones) aparecía esporádicamente y sólo quedaba el personaje de Jon Cryer para intentar sostener la trama con una premisa absurda de un millonario excéntrico, un proceso de adopción, una hija perdida integrándose al elenco… Vamos, sólo les faltó incluir una mascota parlante.

Cuando el suspenso romántico se pierde por completo. Los fans de ‘Friends’ coinciden en señalar que la serie comenzó a perder algo de frescura una vez que los personajes de Chandler y Monica se volvieron una pareja. Y no se debió a limitantes histriónicas de Matthew Perry y Courtney Cox, sino a que aquello que les hacía más entrañables funcionaba por separado, no como complemento. La serie dependía sentimentalmente de los altibajos en la relación entre Ross y Rachel, así que crear otra pareja por el simple hecho de que “estaban allí” siempre se sintió como una decisión forzada.

Cuando tus actores se gradúan. Nota para todas las series ubicadas en un contexto escolar, de ‘Saved By The Bell’ hasta ‘Glee’: los estudiantes crecen y se van de la escuela, punto. Es perfectamente natural y esperado, así que pensar en cuatro temporadas suena lógico si cada una de ellas se apega a un año escolar. Aunque si hay algo desconcertante es ver a los adolescentes de los inicios de una serie madurar hasta convertirse en adultos hechos y derechos… pero seguir incluyéndolos en tramas escolares de donde debieron escapar hace mucho. Resígnense, productores. A menos que su idea sea cambiar radicalmente el elenco con cada nuevo año escolar, apártense de la tentación de tener a un tipo de 33 años intentando pasar por “joven preparatoriano”, sólo harán un ridículo legendario.

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Cuando crees que tener éxito significa agregar temporadas a tu historia. Pocas series tuvieron tanto impacto inmediato como ‘Lost’. La trama estaba llena de misterios que se acumulaban bajo la promesa de revelaciones impactantes. El problema es que los guionistas creyeron que su arco dramático original podía extenderse para abarcar algunas temporadas más: grave error. La segunda temporada de ‘Lost’ nos presentó a toda una serie de nuevos personajes, quienes habían sobrevivido el accidente áereo en la otra mitad del avión de Oceanic Airways 815. Dichos personajes murieron en el transcurso de los próximos capítulos, sin tener ninguna relevancia en la historia. ¿Para qué familiarizarnos con nuevos protagonistas si tu intención es eliminarlos? Simplemente para alargar la serie. Por eso un show que comenzó con tan buenos augurios culminó como una mala broma.

Cuando lo improbable se vuelve cotidiano en tu narrativa. ¿Alguien sigue siendo fiel a ‘Grey’s Anatomy’? Al parecer trabajar en un hospital de Seattle es más riesgoso que desarmar bombas caseras en territorio controlado por talibanes. La facilidad con la que este drama mata a sus médicos y enfermeros residentes hace creer que no es producida por Shonda Rhimes, sino por Quentin Tarantino. Estos médicos se juegan la vida en explosiones, avionazos, accidentes de coche, tiroteos y creo que hasta ataques perpetrados por dinosaurios. En los hospitales que conozco la causa de muerte más frecuente entre los doctores es “ataque cardiaco mientras jugaba golf”.

Cuando el público sigue estando de tu lado. Así es, la premisa de “retirarse en la cima” continúa siendo una premisa atractiva, por una razón simple: permite la creación de spin-offs que se reciben con gusto, no con cinismo. ‘Breaking Bad’ cerró su ciclo elegantemente, cubriendo todas las bases, cerrando los hilos argumentales y dejando a la audiencia con una sensación grata hasta su última escena. Esto dejó abierta la puerta para que ‘Better Call Saul’ se presentara un par de años después con un enfoque original, con reminiscencias de su material de origen pero con una personalidad propia, y no se siente como una serie ideada al vapor para colgarse del éxito logrado por Heisenberg y compañía. Es por ello que la decisión de los creadores de ‘Game of Thrones’ de contar exclusivamente la historia que queda por delante, y no la que exigirían los ratings, nos plantea un deseable escenario donde se adaptarán otras obras de George R.R. Martin situadas en el mismo universo de Westeros. En lo personal, no puedo esperar.

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