No sólo los mexicanos están de luto si no que el mundo entero, en especial el hispano hablante, por la muerte de un comediante que se transformó en un ícono recordado y admirado por varias generaciones.

Nuestro querido “Chespirito” murió el viernes 28 de noviembre en Cancún, México, de acuerdo a reportes. Gómez Bolaños se encontraba delicado de salud desde hace tiempo y estaba bajo vigilancia médica en su casa de Cancún, la causa exacta de su muerte aún no se ha determinado.

Resumir su carrera se hace un tanto difícil, ya que este multifacético actor nos encantó con un sinnúmero de historias y personajes que nos acompañaron a través de la televisión a lo largo de nuestra infancia.

Gómez Bolaños nació en la Ciudad de México en 1929 y comenzó su carrera en década de los ´50 donde empezó trabajando en una agencia de publicidad y más tarde como guionista para programas de radio, televisión y cine.

Luego, en 1970 llegó a la televisión con “El Chapulín Colorado” y más tarde con uno de  sus personajes más recordados y queridos: “El Chavo del Ocho”, el cual trataba de un chico pobre bastante inocente que vivía en una vecindad junto con otros recordados y queridos personajes que nos llenan de nostalgia.

Cómo olvidar a Quico, la Chilindrina, Doña Florinda, Don Ramón y tantos otros.

Ya en los años 80 el show llamado “Chespirito” se volvió semanal, en ese entonces ya existían otros personajes interpretados por el comediante como “El Chompiras”,  el “Doctor Chapatin” y “Chaparrón Bonaparte” entre muchos otros.

El show se transmitió a toda Latinoamérica siendo un éxito de rating.

Además de actor Gómez bolaños fue escritor, publicista, dibujante, compositor y padre de seis hijos.

Así es, porque en lo que respecta a su vida personal estuvo en una relación amorosa muchos años con Florinda Meza, quien interpretaba Doña Florinda en el “Chavo del Ocho” con quien se casó el 2004.

Además de la pantalla chica, presentó su show varias veces en distintos países como Chile, Argentina y México donde llenó estadios, incluso se presentó con éxito en el Madison Square Garden en los años 80.

Sin duda que es una gran pérdida para el mundo del espectáculo y para todos quienes disfrutamos con sus personajes y humoradas.

Gracias por todo regalarnos un humor sano, blanco y ocurrente. Por hacernos reír por tantas décadas y regalarnos esas frases que quedarán inmortalizadas como: “No contaban con mi astucia”, “Se me chipoteó” o “Es que no me tienen paciencia”.

¡Te extrañaremos, Chespirito!

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