El actor Leonardo DiCaprio ha estado al borde de la muerte en tres ocasiones, así lo reveló en una entrevista para la revista Wired en la que contó sus experiencias extremas que casi lo dejan fuera de este mundo.
“Mis amigos me han nombrado la persona con la que menos desean hacer aventuras extremas porque siempre parezco estar muy cerca de ser parte de un desastre”, confesó el actor a la publicación. “Si un gato tiene nueve vidas, creo que yo he usado unas cuantas”.
DiCaprio, aseguró que en una ocasión, mientras se encontraba buceando en Sudáfrica, un tiburón blanco ingresó en la jaula en la que se encontraba, supuestamente seguro de cualquier peligro. “La mitad de su cuerpo estaba en la jaula”, recordó el actor. “El tiburón blanco trató de morderme y estaba a un brazo de distancia de mi cabeza”.
Pero los sustos no pararon ahí, su segunda experiencia casi mortal ocurrió mientras estaba a bordo de un vuelo a Rusia. “Estaba en clase ejecutiva, y un motor explotó frente a mis ojos. Estaba sentado ahí mirando el ala, y el ala entera explotó en una bola de fuego. Apagaron todos los motores por varios minutos. Luego prendieron nuevamente los motores y realizamos un aterrizaje de emergencia en el JFK”.
Y como el que es caballero repite, el actor nuevamente se enfrentó a la muerte durante un lanzamiento en paracaídas. “Halamos el primer paracaídas. Estaba enredado. El caballero con el que estaba lo cortó. Ni siquiera pensé en el paracaídas extra, así que pensé que estábamos cayendo en picada a nuestra muerte”, aseguró el actor. “Halamos el segundo [paracaídas] y también estaba enredado”, recordó el actor, asegurando que cuando finalmente se abrió, el sujeto con el que iba le dijo que se preparara, porque a la velocidad que estaban descendiendo, probablemente se fracturarían las piernas. Felizmente para DiCaprio, eso no sucedió.
Aunque su papel en The Revenant no lo puso al borde de la muerte, el actor de 41 años aseguró que sin lugar a dudas fue una de las experiencias más difíciles de su vida, debido a las temperaturas congelantes en las que tuvo que filmar.
“Lo más difícil para mi fue entrar y salir de ríos congelados. Porque tenía una piel de alce y una de oso que pesaban como 100 libras cuando se mojaban. Y cada día era un reto no contraer hipotermia”, señaló.
¡Definitivamente DiCaprio es lo que llamamos un hueso duro de roer!
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